Lo escandaloso del hecho es que esos registros sean mantenidos escondidos asi como los pocos volumenes que han quedado en el Museo de Auschwitz; los Americanos, los Britanicos, los Franceses, los Alemanes y los Israelitas participan en este encubrimiento de documentos
Habra sido necesario esperar hasta 1988 para que un historiador reputado, como lo es Arno J. Mayer, reconozca en un capitulo sobre Auschwitz que las pruebas de la existencia de las camaras de gas, lejos de ser abundantes y solidas, tal y como se nos repetia machaconamente, no eran mas que raras y dudosas, un ejemplo entre otros muchos de los considerables progresos del revisionismo historico dentro de la comunidad cientifica.
Con respecto a las camaras de gas de Auschwitz, Mayer escribe:
Una vez abiertos, los archivos soviéticos podrían muy bien ofrecer toda una serie de indicios significativos y de pruebas. Es mas, investigaciones en el emplazamiento de los lugares del crimen y de sus alrededores mas cercanos podrian producir nuevas informaciones.
Se me permitira recordar que se trata aqui de dos ideas revisionistas por las cuales a principios de 1988, durante el segundo de los dos procesos contra Emst Zundel, gracias a la mediacion del abogado Doug Christie, un experto de la acusacion, Charles Biedermann, la confirmación de que los “registros mortuorios” de Auschwitz, dejados intactos por los Alemanes, se encontraban sin ninguna duda en su mayor parte en Moscu; lo escandaloso del hecho es que esos registros sean mantenidos escondidos asi como los pocos volumenes que han quedado en el Museo de Auschwitz; los Americanos, los Britanicos, los Franceses, los Alemanes y los Israelitas participan en este encubrimiento de documentos y llegan incluso hasta el extremo de rechazar decir cuantos nombres contienen los pocos registros del Museo de Auschwitz de los cuales existe fotocopia en el Servicio Internacional de Busquedas de Arolsen organismo del Comité Internacional de la Cruz Roja situado en la RFA pero emplazado bajo la estrecha vigilancia de los Aliados y de los Israelitas por temor a alguna intrusión por parte de los investigadores revisionistas.
En general, lo que sabemos sobre este capitulo esta fundado sobre las declaraciones de los funcionarios y de los verdugos "nazis" en procesos de posguerra y sobre la memoria de los supervivientes y de los espectadores. Se trata aqui de testimonios a contrastar cuidadosamente, pues pueden estar influidos por factores subjetivos de una gran complejidad.
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