por Stephanie Schoeman, 1990
P: General Remer, ¿cuál fue su papel en la Segunda Guerra Mundial?
R: Yo era un comandante de primera línea, y conduje unidades de combate a lo largo de los años de guerra. Las únicas excepciones fueron un período de tres meses en Berlín como comandante del regimiento de guardia de Berlín y otros tres meses como el comandante de la brigada de guardaespaldas del cuartel central de Hitler.
Finalmente llegué a ser comandante de división y general. Por orden personal de Hitler, mi división fue enviada a combatir en el frente del Este sólo en las áreas más críticas, como una especie de cuerpo de bomberos. Y permanecí como comandante de combate hasta el día final de la guerra.
P: ¿Cuál es su opinión de la crisis del Corredor polaco y el inicio de la guerra en 1939?
R: En Septiembre de 1944, cuando yo era el comandante de la unidad de guardia en el cuartel central de Hitler, hablé con él durante un paseo que tuvimos en el exterior. Le pregunté: "Mi Führer, ¿puedo hablar francamente con usted durante un momento?". "Por supuesto", contestó él. Entonces le pregunté: "¿Por qué realmente atacó usted Polonia?; ¿no pudo usted haber sido más paciente?".
Hitler sólo había pedido una carretera extra-territorial y una línea ferroviaria a través del territorio polaco, y él quería el retorno de Danzig al Reich. Ésas eran demandas realmente muy modestas. Con un poco más de paciencia, ¿no podía él haber obtenido esas demandas de un modo más o menos parecido a como Austria y la región de los Sudetes habían sido unidas con el Reich?.
Y Hitler contestó: "Usted está equivocado. Supe, tan pronto como en Marzo de 1939, que Roosevelt había determinado provocar una guerra mundial, y yo sabía que los británicos estaban cooperando con esto, y que Churchill estaba implicado.Dios sabe que ciertamente yo no quise una guerra mundial. Por eso procuré solucionar el problema polaco a mi propio modo con una especie de expedición de castigo, sin una declaración de guerra. Después de todo, había habido miles de asesinatos de alemanes étnicos y 1,2 millón de refugiados alemanes étnicos. ¿Qué debería yo haber hecho? Tuve que actuar. Y por esa razón, cuatro semanas después de esa campaña, hice la más generosa oferta de paz que algún líder victorioso pudiera haber hecho alguna vez. Desafortunadamente, aquello no tuvo éxito".
Y luego él dijo: "Si yo no hubiera actuado como lo hice en cuanto a la cuestión polaca, para prevenir una segunda guerra mundial, hacia el final de 1942 como máximo habríamos experimentado lo que estamos experimentando ahora en 1944". Eso es lo que él dijo.
P: ¿Fue Hitler demasiado blando en cuanto a Inglaterra?
R: Ése fue un error de parte de Hitler. Hitler siempre perseguía políticas basado en la ideología. Un resultado de ello fue la alianza con la Italia Fascista, que terminó en la traición por parte de Italia. Y Hitler siempre creyó en la raza nórdico-germánica y en la gente nórdica, que incluía a los ingleses. Por eso él hizo repetidas ofertas de paz a Gran Bretaña, que siempre fueron bruscamente rechazadas. Ésa fue una importante razón de por qué nunca ocupamos Gran Bretaña, lo que la habría eliminado de la guerra. Pero por motivos ideológicos Hitler no hizo aquello, lo que ciertamente fue un error. Pero, después de todo, ¿quién no comete errores?.
Hitler una vez me dijo: "Cada día aquella que esta guerra continúa me impide hacer el trabajo que todavía estoy destinado a llevar a cabo: el bienestar del pueblo alemán".
Él se estaba refiriendo a sus políticas y programas domésticos. Hitler se sentía enormemente infeliz de que él no pudiera llevar a cabo esas cosas, sino que en cambio tenía que dedicarse a la guerra. El período de paz duró sólo seis años, pero ¡qué gran transformación fue conseguida durante aquel breve tiempo!.
P: ¿Y qué hay acerca de Dunkerque?
R: Oficiales traicioneros, que sabían acerca del plan alemán para invadir Gran Bretaña, que era conocido como la operación "León Marino", le informaron a Hitler que una invasión de Inglaterra por mar no era militarmente posible. Ellos hicieron ese informe, aunque ellos sabían que no era verdad, a fin de impedir la invasión por motivos políticos. Todo esto se dio a conocer después de la guerra. (Fabian von) Schlabrendorff declaró a este efecto en el juicio a que fui sometido.
P: ¿Estuvo usted de acuerdo con las políticas de Hitler, en particular con su política hacia Rusia?
R: En cuanto a la campaña militar contra la Unión Soviética:
En primer lugar, debería ser claramente entendido que en el momento de la campaña en los Balcanes, en Yugoslavia y Grecia, a principios de 1941, cuando teníamos diez divisiones a todo lo largo de la frontera soviética, los rusos habían estacionado a 247 importantes formaciones militares en nuestra frontera. Después de la conclusión de la campaña de los Balcanes, entonces rápidamente colocamos como máximo 170 unidades militares principales en la frontera con la Unión Soviética. Los rusos se habían preparado para un ataque.
Los éxitos iniciales de nuestras fuerzas contra los soviéticos se debieron a que los rusos no estaban estacionados en posiciones de defensa, sino que estaban en cambio posicionados directamente en el frente para un ataque, lo que hizo posible para nosotros rodear rápidamente a grandes fuerzas soviéticas. Así, en las primeras semanas de la guerra, fuimos capaces de capturar a más de tres millones de prisioneros de guerra así como enormes cantidades de equipamiento de guerra, todo el cual estaba en la frontera, posicionado para el ataque.
Ésa es la verdad del asunto, que puede ser comprobada. Recientemente hablé con un tal señor Pemsel, que era un piloto de reconocimiento aéreo de largo alcance. En el período previo al comienzo de la campaña soviética, él voló tan lejos como hasta el río Don y observó e informó sobre esa enorme concentración de fuerzas soviéticas en la frontera.
También sé por mi propia experiencia en la campaña rusa, y con los prisioneros rusos, acerca de los preparativos por parte de los soviéticos para un ataque inminente contra Europa. Los rusos esperaban que nosotros nos moviéramos contra Gran Bretaña de modo que ellos pudieran aprovechar entonces la situación para invadir Europa.
P: ¿Cree usted que la guerra con la Unión Soviética era inevitable después de la reunión de Hitler y Molotov en Noviembre de 1940?
R: El ministro soviético de Asuntos Exteriores, Molotov, exigió [el estrecho de] los Dardanelos. Es decir, se suponía que nosotros debíamos aprobar la entrega de territorio extranjero que pertenecía a los turcos. Molotov, de esta manera, hizo demandas provocativas que simplemente no podían ser satisfechas. Hitler también estaba consciente del apoderamiento soviético de territorio en Rumania, en un momento de supuesta paz. Hitler también sabía que la insurrección anti-alemana en Belgrado, Yugoslavia, había sido organizada por los soviéticos. Fueron los rusos los que arruinaron la relación entre Alemania y la Unión Soviética.
Y después de que él recibió cada vez más reportes de los preparativos soviéticos para un ataque contra Alemania y Europa, Hitler reaccionó. Estoy así absolutamente seguro de que Hitler no planeó originalmente atacar a la Unión Soviética. En vez de ello, él actuó como la cambiante situación lo exigía.
P: ¿Es verdad que los alemanes se referían a los rusos como "sub-humanos"?
R: ¡Tonterías! Los rusos son seres humanos tal como todos los demás.
Su pregunta acerca de si llamábamos a los rusos como "sub-humanos" es absurda. Teníamos una relación de primera clase con el pueblo ruso. La única excepción, que era un problema con el que tuvimos que tratar, eran los Comisarios soviéticos, que eran todos judíos. Esa gente estaba detrás de las líneas, con ametralladoras, empujando a los soldados rusos a la batalla. Y, de cualquier manera, hicimos un rápido trabajo con ellos. Aquello estaba de acuerdo a las órdenes. Aquello ocurrió durante una guerra por la existencia básica, una guerra ideológica, cuando tal política es simplemente dada por supuesta.
A veces se hablaba acerca de las llamadas "hordas asiáticas", y los soldados corrientes a veces hablaban acerca de sub-humanos, pero tal lenguaje nunca fue usado oficialmente.
P: ¿No habrían luchado los rusos del lado de los alemanes si ellos no hubieran sido tan mal tratados?
R: Los rusos, es decir los ucranianos y la gente del Cáucaso, se ofrecieron voluntariamente para combatir [del lado alemán], pero no estábamos en una posición para aprovechar aquello. No teníamos suficientes armas. En la guerra, hay mucho que idealmente debería ser hecho, pero simplemente no podíamos hacerlo.
Los árabes también querían armas de nosotros, de modo que ellos pudieran liberarse. Y el líder español Francisco Franco también quería armas como una condición para entrar en la guerra, pero simplemente no teníamos bastantes nosotros mismos.
El programa alemán de armamentos realmente no se puso en marcha sino hasta que la guerra contra los soviéticos se había iniciado. Comenzamos con 3.260 tanques. Eso es todo lo que teníamos, pero los soviéticos tenían 10.000. En ese entonces nuestra producción mensual era de 35 tanques. ¡Imagine eso! No fue sino hasta Octubre de 1944 que alcanzamos el auge de nuestra producción de 1.000 tanques por mes. De ese modo, nuestra producción mensual de tanques fue desde 35 en 1941, a 1.000 a finales de 1944. Ésa fue una gran diferencia, y ésa es la prueba de que simplemente no estábamos listos militarmente para una guerra mundial.
P: ¿Dónde estaba sirviendo usted cuando las fuerzas soviéticas llegaron a Alemania?
R: Yo era el comandante de guardia en la Wolfsschanze [Guarida del Lobo], el cuartel central de Hitler en Prusia del Este. Yo estaba allí con parte de mi unidad. Ésta todavía estaba siendo organizada, y no estaba lista aún. Participé en el contraataque cerca de Goldap [Norte de Polonia], destinado a retrasar el avance de los rusos. Sin embargo, aquella acción duró sólo ocho días.
P: ¿Puede usted decir algo en cuanto a las atrocidades soviéticas contra civiles alemanes?
R: Yo mismo vi casos que implicaron a mujeres que habían sido asesinadas, con sus piernas abiertas y palos incrustados, y sus pechos cortados... Vi esas cosas yo mismo, en Pomerania.
Hablé sobre esto en la radio, y se lo describí al doctor Goebbels, quien me pidió que lo describiera detalladamente, y él envió a un equipo de hombres de radio para entrevistarme con dicho objetivo. Aquello ocurrió en el área alrededor de Stargard [Noroeste de Polonia], donde vi eso.
P: ¿Y qué hay de las tropas "asiáticas" soviéticas?
R: Fue terrible. Los soldados que hicieron aquellas cosas estaban en el frente... Asiáticos, mongoles, etcétera.
P: Dichas atrocidades ¿fueron parte de una política consciente?
R: Esas cosas fueron hechas muy conscientemente. Ellos buscaban, de esa manera, romper nuestra supuesta mentalidad de clase o de élite.
P: Antes usted habló de los comisarios judíos...
R: El problema era que en el ejército soviético, en contraste con nuestro ejército y todos los otros ejércitos, los rusos tenían comisarios políticos que, junto con los comandantes militares, tenían autoridad para dar órdenes. Casi todos ellos eran judíos.
Por ejemplo, en cuanto a esto, observé algo en Tarnapol y en Zolochev, que están al Este de Lvov [en Ucrania], durante el curso de una ofensiva militar muy rápida y exitosa.
Habíamos capturado Zolochev, y un par de mis tanques estaban atascados detrás. Las tropas descansaban en el borde de la ciudad porque no sabíamos aún si habría un contraataque enemigo o si deberíamos seguir nuestro propio ataque. Yo quería retirar mis tanques. De cualquier manera, en aquella pequeña ciudad vi a pequeños niños que habían sido arrojados por las ventanas, y vi a mujeres yaciendo en la calle, quienes habían sido muertas a palos. Ellos eran judíos.
Llamé a una mujer (local), y ella entró en mi vehículo. Y ella me dijo: "Le mostraré por qué hicimos esto".
Condujimos a la prisión local. Allí había un área rodeada por una pared para que los presos caminaran. Y en aquella área había cadáveres hasta aquí de alto [levantando la mano]... La sangre todavía fluía de los cadáveres.
Sólo dos horas antes, cuando los rusos se estaban retirando de la ciudad, ellos habían usado ametralladoras para matar a todos los nacionalistas ucranianos locales que estaban presos allí.
En ese caso también, fueron los comisarios judíos los que habían hecho eso. Y por eso los ucranianos locales habían llevado a cabo masacres contra los judíos. Y de ese modo, siempre que un ucraniano veía a un judío, él inmediatamente lo mataba. Pero nosotros fuimos culpados por esas muertes, aunque no tuviéramos ninguna influencia en absoluto en la localidad entonces. No fuimos capaces de establecer el orden sino hasta más tarde.
P: ¿Aquello fue hecho a propósito para desacreditar a los alemanes?
R: No, esas persecuciones anti-judías eran una expresión de la indignación de la gente. Ellos odiaban a los judíos.
En Polonia, también, hubo a menudo pogroms. Como usted puede saber, en Polonia hubo incluso matanzas contra los judíos después de la guerra. Aquello era realmente algo. La indignación de la gente en el Este contra los judíos, que siempre se retrataban a sí mismos como gente decente y buenos comerciantes, es indescriptible.
Nosotros los alemanes no teníamos ese odio contra los judíos, contra judíos corrientes. Los judíos vivían entre nosotros sin ningún problema. Tuvimos las leyes raciales de Núremberg porque no queríamos ninguna mezcla racial. En Israel, por supuesto, tales leyes son aún más estrictas. En ese entonces, los sionistas dieron la bienvenida a las leyes raciales (alemanas), porque ellas estaban de acuerdo con su propia perspectiva. Los sionistas estaban en contra de la mezcla racial. Más bien ellos querían que todos los judíos emigraran a Israel.
P: ¿Cómo era Hitler socialmente?
R: Él era un perfecto anfitrión. Cuando yo estaba en el cuartel central de Hitler en la Wolfsschanze, a menudo observé que él siempre prestaba especial atención siempre que alguien estuviera programado para llegar como un invitado.
Y antes de que él se reuniera con un invitado en la estación de ferrocarril, él siempre se aseguraba de de que todo estuviera en orden en el cuartel central.
Él comprobaba para ver si la alfombra no hacía juego con la vajilla de plata, o lo que fuese, y él lo volvería loco a uno al asegurarse de que todo fuera hecho con buen gusto en la preparación para el invitado. Él tenía una verdadera preocupación personal por sus invitados.
Hermann Geisler, el arquitecto de Hitler, escribió un libro acerca de Hitler. [Se trata de "Ein anderer Hitler", una memoria]. Ése es un libro fantástico que usted debería leer. Él [el autor] era realmente un gran tipo, y él podía imitar muy bien, sobre todo a Robert Ley [el jefe del Servicio del Trabajo del Reich], y Hitler sabía eso. Hitler lo animaba a imitar el modo de hablar de Ley. Y él [humorísticamente] dice: "Mi Führer, no puedo hacer eso, él me pondrá en un campo de concentración". "Oh, siga adelante", diría humorísticamente Hitler, "yo lo sacaré a usted de allí de nuevo". Y así es como era Hitler. Y Geisler imitaba a Ley. Y Hitler se reía tan fuerte que las lágrimas aparecían en sus ojos.
P: ¿Y qué hay acerca de la vida amorosa de Hitler?
R: Hitler no tenía tiempo para eso. Él siempre decía que no tenía tiempo para una esposa. Y Eva Braun desempeñó su parte muy bien. Nadie sabía acerca de la relación entre ambos, que fue mantenida en privado. Ella se manejaba muy bien cuando había muchos invitados alrededor.
No creo que él fuera un gran amante. No lo pienso así. Él tenía una prima, Geli Raubal, durante el período de lucha antes de que él se convirtiera en Canciller. Hitler no fue capaz de prestarle bastante atención, pero ella lo amó, y ella se quitó su propia vida. Creo que ella fue la única mujer que Hitler realmente amó.
P: ¿Engendró Hitler algún hijo?
R: Tonterías. Él no quería ningún hijo.
Hitler pensaba de él mismo como un representante de la nación, y él rechazó cualquier cosa en su vida personal que fuera inconsistente con aquella imagen. Él siempre se consideró como un estadista, y él en consecuencia se aseguró muy bien de que su imagen fuera completamente consecuente con lo que la gente esperaba de él.
P: Y la gente ¿no quería que su Führer tuviera hijos?
R: Sí, pero para eso él habría tenido que casarse y convertirse en un marido. Pero él siempre decía que él no tenía tiempo para eso.
Yo estaba con Hitler cuando él se trasladó recién a su nuevo cuartel central de Wolfsburg, que estaba protegido con hormigón de siete metros de espesor. Y él entró a su nuevo dormitorio donde había una cama corriente de un soldado allí para él, salvo que aquélla tenía dos colchones. Y cuando él vio eso, preguntó bruscamente: "¿Desde cuándo un soldado duerme en dos colchones?". Un ayudante presente pareció avergonzado, y luego Hitler dijo: "Usted puede llevarse uno de ellos". Y esto es lo que Hitler era. Él no pedía ninguna consideración especial para él.
Él pagó por el perímetro de defensa entero alrededor del cuartel central de su personal general con su propio dinero. Él nunca recibió un centavo de sueldo del gobierno. Y hasta el final de la guerra, él mismo pagó por el perímetro de defensa, incluyendo seis kilómetros de carretera, lo que cuesta mucho.
Hitler era un hombre acaudalado, en particular por los derechos de la venta de su libro, Mein Kampf, que vendió más de cien millones de copias. Pero él nunca tomó un centavo del dinero del gobierno.
P: General Remer, usted ha pedido por la cooperación germano-soviética. ¿Puede usted hablarnos acerca de eso?
R: Nosotros los alemanes debemos abandonar la alianza de la OTAN, debemos ser militarmente independientes, debemos crear una zona no nuclear, debemos llegar a un entendimiento con los rusos. Es decir, debemos obtener fronteras razonables de los rusos. Ellos son los únicos que pueden hacer eso. Los estadounidenses no tienen ninguna influencia en absoluto en aquel respeto.
A cambio, garantizaremos comprar materias primas (rusas), y cooperar en cientos de proyectos con los rusos, y eso eliminará nuestro desempleo. Todo esto no tiene nada que ver con ideología. Los rusos están tan atrasados económicamente que ellos estarán de acuerdo fácilmente y felices con esto, y ellos quedarán libres de la ideología.
P: ¿Cómo reaccionarían los franceses ante eso?
R: Francia tendrá que trabajar junto con nosotros. Francia está económicamente mucho más débil que nosotros, de modo que debe comerciar con nosotros en el Oeste o nada en absoluto. Los estadounidenses son nuestros competidores mortales.
P: ¿Podría una alianza germano-soviética conducir a la guerra?
R: No, al contrario, impediríamos la guerra. Los rusos no necesitan una guerra. Por eso Gorbachov hace sus propuestas. Es Estados Unidos el que quiere la guerra.
P: ¿No trataría Estados Unidos de provocar hostilidades?
R: Si realmente llegamos a un entendimiento con Rusia, entonces todo se acabó para Estados Unidos.
Déjeme decir francamente: el gobierno de Adenauer [el primer canciller de Alemania Occidental de la posguerra] retuvo al personal de guerra entero de Goebbels, y los puso en posiciones de gobierno en Bonn. Y por consiguiente, la perspectiva anti-comunista de guerra del doctor Goebbels, que era completamente apropiada durante la guerra, fue continuada hasta ahora. Todos ellos eran gente de Goebbels... ¿Quién todavía realmente cree en el comunismo en estos días? Nosotros estamos realmente contra el comunismo.
P: ¿Qué papel juegan los judíos en la Unión Soviética?
R: Puedo decirle que la dirigencia soviética bajo Lenin fue pagada por los judíos, quienes gastaron 220 millones de dólares. En aquel entonces, [el general alemán] Ludendorff también dio dinero a Lenin a fin de terminar la guerra, y eso era comprensible.
Entre los líderes soviéticos de aquel entonces, el 97% eran judíos. Y luego Stalin subió al poder, y con él los políticos que perseguían una política [no ideológica] en pro de los intereses de Rusia, incluyendo la "gran guerra patriótica" [la Segunda Guerra Mundial], que él ganó.
Stalin no sólo hizo matar a millones que estaban en la periferia del poder, como los campesinos, sino que él también hizo fusilar sistemáticamente a 1,6 millón de los seguidores de Lenin, incluyendo a Trotsky. Y como resultado, Rusia es considerada hoy como el único país que es anti-judío o libre de la influencia sionista. Nosotros los alemanes deberíamos alegrarnos por la rivalidad entre Washington y Moscú. Tenemos que aprovechar esas diferencias.
P: ¿Qué clase de influencia judía existía en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial?
R: Después de la guerra, muchos judíos fueron deportados al área de los Urales, y los judíos polacos huyeron. Los rusos necesitaban soldados, y algunos judíos fueron usados como partisanos. Y los rusos vieron que la gente no los quería. Ellos no estaban felices con ellos, y ellos los deportaron. Durante la guerra estimamos que había quizás 1,8 o quizá 2 millones de judíos, no lo sé de cierto, en la Unión Soviética. Ellos nunca fueron tantos.
P: ¿Y la influencia judía en la Unión Soviética hoy?
R: Hay ciertamente [todavía] unos cuantos, pero su influencia ha disminuído drásticamente. En el Soviet Supremo hoy menos del 4% son judíos, a diferencia del 97% [en la época de Lenin]. Entonces usted puede ver cómo han cambiado las cosas.
P: ¿Y qué hay de los judíos en la vida profesional soviética?
R: Sí, pero ellos no importan. Ellos no tienen ninguna influencia política.
P: ¿Ha hablado usted con los rusos?
R: Sí, he hablado con el embajador soviético Valentyn Falin. Me reúno con él cuando visito Bonn, o con el secretario de prensa en Colonia. Ellos me reciben muy bien, y hablamos juntos tan libremente como usted y yo lo hacemos aquí. Es completamente normal para alguien en la vida política hablar libremente con sus adversarios.
P: ¿Piensa usted que los rusos realmente cooperarán?
R: Por el momento, nosotros no contamos. No somos una fuerza política. Sólo podemos actuar como un factor político cuando seamos una potencia política.
He escrito un folleto que envié a Moscú y del cual hablé con la embajada soviética. Ellos estuvieron de acuerdo y dijeron que si todos los alemanes pensaran como yo, las relaciones políticas serían mucho más simples. Sin embargo, [ellos dijeron que] tenemos que tratar con Bonn [ex-capital de la RFA], y porque Bonn está en la alianza de la OTAN, Bonn es nuestro adversario. Entonces ésa es la situación.
P: ¿Por qué la publicación de su organización se llama Der Bismarck-Deutsche?
R: Eso es porque Bismarck persiguió una política orientada hacia el Este, y a consecuencia de su "Tratado Garantizador" [Rückversicherungsvertrag, de 1887] con Rusia, tuvimos 44 años de paz.–
excelente reportaje
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