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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

domingo, 3 de mayo de 2015

¿Que Significa Realmente Negar el Holocuento ?



En abril de 2007 la Unión Europea estuvo de acuerdo en establecer penas de prisión mayores a tres años para aquellos quien nieguen o trivialicen el Holocuento. En días recientes, y como respuesta a los comentarios del Obispo Richard Williamson, el Papa ha proclamado que negar el Holocuento es intolerable e inaceptable.



Pero, ¿qué significa realmente negar en el Holocuento? En primer lugar, el término Holocausto se refiere al asesinato de 6 millones de judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Esto se supone que fue la “Solución Final” de los alemanes al problema judío. Se proclama que este exterminio sistemático consistió principalmente en haber llevado a judíos inocentes a campos de concentración, y una vez allí, ajusticiarlos, gasearlos y quemarlos vivos, de esta manera se convirtieron en víctimas del Tercer Reich.

Las personas como Germar Rudolf, Ernst Zundel y el Obispo Williamson, quienes no creen esta versión y quienes se atreven a decirlo en público son injuriados y etiquetados como intolerantes, antisemitas, racistas y peor aún. Sus creencias históricas alternativas no son consideradas como simple revisionismo, sino son degradadas como negadoras del Holocausto. Rudolf y Zundel fueron enviados a Alemania donde fueron procesados, encarcelados y sentenciados a 3 y 5 años respectivamente. La suerte de Williamson podría no ser diferente.

Los políticos ridiculizan los documentos y conferencias revisionistas sobre el Holocausto y se refieren a éstos como al margen de la buena sociedad, del discurso internacional y del comportamiento aceptable. Los judíos ajenos al sionismo, quienes participan en tal revisionismo, como el rabino David Weiss del Neturei Karta, son denunciados como auto-denigradores y son rechazados y escupidos. Incluso el profesor Norman Finkelstein, cuyos padres fueron sobrevivientes del Holocuento y quienes escribieron el libro La Industria del Holocausto, ha sido clasificado como negador del Holocuento.



Pero dejando a un lado el odio que se destina a aquellos que cuestionan la veracidad del relato típico del Holocuento, ¿qué es lo que esta gente cree y dice con riesgo de encarcelamiento y daño a su persona? La mayoría de los revisionistas al Holocuento o negacionistas, si se prefiere, se concentran en tres sencillos argumentos:

1. La “Solución Final” de Hitler se refería a una limpieza étnica y no a una exterminación.

2. No existieron cámaras de gas homicidas durante el Tercer Reich.

3. Fueron menos de 6 millones los judíos que murieron del conjunto de 55 millones de personas en total que murieron durante la Segunda Guerra Mundial.

¿Son estos argumentos revisionistas tan odiosos para provocar la difamación, el maltrato y el encarcelamiento en aquellas personas que los creen? Y aún más importante, ¿es muy posible que los argumentos revisionistas sean verdad o que encierren una gran verdad en su conjunto, y que por esto sean despreciados, por contradecir el relato del Holocuento, un relato que ha sido elevado al nivel religioso en cientos de películas, memoriales, museos y documentales dramáticos?

Es sacrilegio preguntar: Si se intentaba una exterminación, ¿cómo pudieron Elie Wiesel, su padre y dos de sus hermanas sobrevivir el peor periodo de encarcelación en Auschwitz? Las declaraciones de Wiesel respecto a que la gente fue arrojada viva para quemarla, incluso son refutadas por los guías entrenados de Auschwitz.



¿Realmente está afuera del discurso internacional el cuestionar la eficacia y la evidencia forense de las cámaras de gas homicidas? Si otros mitos, como que se hacía jabón a partir de grasa humana, han sido descartados como simple propaganda Aliada durante la guerra, ¿por qué constituye un comportamiento inaceptable cuestionar la cámara de gas homicida de Dachau, como una reconstrucción estadounidense y que ninguna otra cámara de gas fue hallada para usarse como evidencia en los juicios de Nuremberg?

Por más de 50 años, los estudiosos judíos han gastado cientos de millones de dólares para documentar a cada víctima del Holocuento nazi. Los nazis fueron alemanes, obsesionados con el papeleo y el registro de sus actividades. Aún así, sólo 3 millones de nombres han sido recolectados y muchas de estas personas perecieron de causas naturales. Entonces, ¿porque constituye una herejía dudar que fueron menos de 6 millones de judíos los que murieron durante la Segunda Guerra Mundial?

Negar el Holocuento podría no ser más excéntrico o más criminal que afirmar que la tierra es plana, excepto que el Holocuento ha sido usado como espada y escudo en la tarea de construir el estado judío entre el Mar Mediterráneo y en río Jordán, donde incluso en la actualidad, más de la mitad de la población no es judía.

La narrativa del Holocuento hizo posible Yad Vashem, el museo sobre el Holocuento más selecto en el mundo que repite el mantra “Nunca Olvidar”, mientras que éste esta situado sobre tierras árabes robadas correspondientes a la región de Ein Karem y que tiene a la vista las tumbas sin nombre de los palestinos aniquilados por terroristas judíos en la masacre de Deir Yassin.

El Holocuento le permite a Elie Wiesel alardear de haber trabajado para estos mismos terroristas, como periodista, no como guerrillero, mientras rechaza reconocer, no digamos ya realizar una apología, los crímenes de guerra que su patrón cometió. El Holocuento permite a los judíos ser las víctimas supremas, no importando la manera en que ellos despojan, deshumanizan o realizan la “limpieza étnica” sobre el pueblo palestino.

El relato del Holocuento elimina cualquier comparación con Ketziot o Garza, los cuales son auténticos campos de concentración. El Holocuento es el memorial de la resistencia de los judíos en los ghettos de Europa, mientras que categóricamente niegan cualquier comparación con la resistencia de los palestinos en Hebrón y por toda la región del West Bank [Cisjordania]. El Holocuento permite afirmar que la masacre en Gaza durante el Hanukah de este año, con una proporción de matanza de 100 palestinos por 1 israelí, fue en respuesta proporcional a la resistencia Palestina para poner fin a la ocupación.




La narrativa del Holocuento respecto a la exterminación sistemática e industrializada fue una importante herramienta neoconservadora para llevar a los Estados Unidos hacia Irak. Los mismos ideólogos neoconservadores como Norman Podoretz, de forma rutinaria comparan al Ahmadinejad con Hitler y al nazismo con un Islam-fascismo, como un intento de llevar a Estados Unidos hacía Irán. El título de una reciente conferencia en Yad Vashem, Israel, pone esta posición tan clara como el cristal:

“Negar el Holocausto Es Pavimentar el Camino al Genocidio”

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