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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

domingo, 3 de mayo de 2015

Ignorando Elementos Claves



A la larga, los investigadores polacos publicaron un artículo sobre sus descubrimientos en 1994. Sorprendentemente, leyendo cuidadosamente su artículo, revela que no pudieron establecer si el azul de Prusia pudo haberse formado en las paredes debido a su exposición al cianuro de hidrógeno. Nada indica que ellos hayan llevado a cabo una investigación básica sobre el comportamiento de los compuestos cianuros bajo condiciones similares a las de los ladrillos. Tampoco hicieron nada para establecer si los parches azules mostrados en las paredes externas de las cámaras para despiojar eran causados por azul de Prusia. ¿Podrían preguntarse la razón de esto?, sean pacientes que se pone peor.




¿Tuvieron estos investigadores a su alcance alguna fuente científica que afirmara, de manera confiable, que el azul de Prusia no puede desarrollarse en las paredes expuestas al cianuro de hidrógeno?, esto les hubiera hecho las cosas más fáciles. Por otro lado, si ellos hubieran descubierto literatura que afirmara de modo científico que la formación de azul de Prusia en las paredes expuestas al cianuro de hidrógeno era posible, el método científico los hubiera obligado a hacer una de dos cosas: a abandonar su posición: “el azul de Prusia no puede formarse”, o refutar la posición opuesta, probando que no puede formarse. En esto consiste el proceso científico, en la verificación o refutación de los postulados hechos por los colegas. Ignorar las opiniones de los colegas es un fuerte indicador de un comportamiento anti científico.

De hecho, los investigadores del Cracovia citaron un libro que trata de forma intensiva con la cuestión de la formación del azul de Prusia, sin embargo, al consultarlo uno puede darse cuenta rápidamente que prueba la posición opuesta de la tesis de Markiewicz. Dicha obra demuestra en detalle la forma y bajo qué circunstancias las paredes expuestas al cianuro de hidrógeno pueden, por supuesto, formar azul de Prusia, y que esto no sólo es posible sino muy probable, al menos en el caso de las cámaras para matar piojos en Auschwitz.

¿Los investigadores del Cracovia declaran que este libro muestra lo opuesto? Para nada. De hecho, citan la obra no con el fin de que los lectores tomen cuenta de los argumentos químicos, sino, simplemente como un ejemplo de los estudios científicos de estos autores pertenecientes al Instituto Jan Sehn. Todos los argumentos desarrollados en el libro son sencillamente ignorados, mientras su reporte es auto-estigmatizado como un ejemplo de “ciencia indeseable”. Debe subrayarse que el Dr. Markiewicz es un profesor, lo que significa ¡que profesa a adherirse a los ideales de la ciencia y del método científico!

En 1991, un documento filtrado por el Instituto Jan Sehn en Cracovia a las manos de los revisionistas y que con el tiempo fue mostrado en sus publicaciones, se mostraba que el Dr. Markiewicz y su equipo había preparado un primer reporte en 1990. Éste reporte nunca fue publicado, sus resultados eran desconcertantes: aunque los investigadores ya habían empleado su engañoso método analítico, sólo una de las cinco muestras tomadas de las supuestas cámaras de gas homicidas resultó en una extremadamente baja cantidad de cianuro (0.024 mg por kg); en el resto no se había detectado cianuro. Por otro lado, las muestras tomadas a la cámara para despiojar mostraron valores 20 veces mayores (0.036-0.588 mg por kg). Estos resultados parecían confirmar los descubrimientos de Leuchter. De aquí que, en su carta de 1994, los investigadores del Cracovia suprimieron cualquier información acerca de sus resultados iniciales. Normalmente, los investigadores culpables de cualquier conducta que falte a la ética son expulsados de la comunidad científica.

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