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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

martes, 1 de septiembre de 2015

Sobrevivientes de los Campos o Simplemente Víctimas?

Los investigadores del Ejército estadounidense, trabajando en Buchenwald y otros campos, rápidamente averiguaron lo que era de conocimiento común entre los presidiarios veteranos: que los peores criminales, los habitantes más crueles de los campos, no habían sido los guardias sino los prisioneros mismos. Criminales comunes de la misma calaña que los que pueblan hoy las prisiones estadounidenses cometieron muchas villanías, particularmente cuando ellos tenían posiciones de autoridad, y comunistas fanáticos, altamente organizados para combatir a sus muchos enemigos políticos entre los presidiarios, eliminaron a sus enemigos con crueldad estalinista.

Dos investigadores del Ejército estadounidense en Buchenwald, Egon W. Fleck y Edward A. Tenenbaum, investigaron cuidadosamente las circunstancias en el campo antes de su liberación. En un detallado informe presentado a sus superiores, ellos revelaron, en palabras de Alfred Toombs, su comandante, quien escribió un prefacio al informe, cómo los mismos prisioneros organizaron un terror mortal dentro del terror nacionalsocialista.

Fleck y Tenenbaum describieron el poder ejercido por criminales y comunistas como sigue:
Los convictos privilegiados, que con el tiempo llegaron a ser casi exclusivamente alemanes comunistas, tenían el poder de la vida y de la muerte sobre todos los otros presidiarios. Ellos podían condenar a un hombre o un grupo casi a una muerte cierta... Los convictos privilegiados comunistas fueron directamente responsables de una gran parte de las brutalidades cometidas en Buchenwald".


El coronel Donald B. Robinson, el historiador principal del gobierno militar estadounidense en Alemania, resumió el informe Fleck-Tenenbaum en un artículo publicado en una revista estadounidense poco después de la guerra. 

El coronel Robinson escribió sucintamente acerca de las conclusiones de los investigadores estadounidenses: 
Al parecer los prisioneros que estaban de acuerdo con los comunistas, comían; aquellos que no, eran privados de comida hasta la muerte.

Una corroboración adicional de la brutalidad de los presidiarios ha sido proporcionada por Ellis E. Spackman, quien, como el Jefe de Arrestos y Detenciones de Contra-Inteligencia para el Séptimo Ejército estadounidense, estuvo involucrado en la liberación de Dachau. Spackman, posteriormente profesor de Historia en el San Bernardino Valley College en California, escribió en 1966 que en Dachau los prisioneros fueron los instrumentos reales que infligieron las barbaridades a sus compañeros prisioneros.


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