Dos investigadores del Ejército estadounidense en Buchenwald, Egon W. Fleck y Edward A. Tenenbaum, investigaron cuidadosamente las circunstancias en el campo antes de su liberación. En un detallado informe presentado a sus superiores, ellos revelaron, en palabras de Alfred Toombs, su comandante, quien escribió un prefacio al informe, cómo los mismos prisioneros organizaron un terror mortal dentro del terror nacionalsocialista.
Fleck y Tenenbaum describieron el poder ejercido por criminales y comunistas como sigue:
Los convictos privilegiados, que con el tiempo llegaron a ser casi exclusivamente alemanes comunistas, tenían el poder de la vida y de la muerte sobre todos los otros presidiarios. Ellos podían condenar a un hombre o un grupo casi a una muerte cierta... Los convictos privilegiados comunistas fueron directamente responsables de una gran parte de las brutalidades cometidas en Buchenwald".
El coronel Donald B. Robinson, el historiador principal del gobierno militar estadounidense en Alemania, resumió el informe Fleck-Tenenbaum en un artículo publicado en una revista estadounidense poco después de la guerra.
El coronel Robinson escribió sucintamente acerca de las conclusiones de los investigadores estadounidenses:
Al parecer los prisioneros que estaban de acuerdo con los comunistas, comían; aquellos que no, eran privados de comida hasta la muerte.
Una corroboración adicional de la brutalidad de los presidiarios ha sido proporcionada por Ellis E. Spackman, quien, como el Jefe de Arrestos y Detenciones de Contra-Inteligencia para el Séptimo Ejército estadounidense, estuvo involucrado en la liberación de Dachau. Spackman, posteriormente profesor de Historia en el San Bernardino Valley College en California, escribió en 1966 que en Dachau los prisioneros fueron los instrumentos reales que infligieron las barbaridades a sus compañeros prisioneros.
Una corroboración adicional de la brutalidad de los presidiarios ha sido proporcionada por Ellis E. Spackman, quien, como el Jefe de Arrestos y Detenciones de Contra-Inteligencia para el Séptimo Ejército estadounidense, estuvo involucrado en la liberación de Dachau. Spackman, posteriormente profesor de Historia en el San Bernardino Valley College en California, escribió en 1966 que en Dachau los prisioneros fueron los instrumentos reales que infligieron las barbaridades a sus compañeros prisioneros.
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