La gran mentira de los Juegos Olímpicos de Berlín

En su ámbito más amplio, el mito del Holocuento implica mucho más que los supuestos seis millones de pastillas de jabon, incluye todas las mentiras relacionadas con el cual los propagandistas judíos han inventado sobre Alemania y los alemanes en el período 1933-1945, uno de los más descarados de estas mentiras se refiere a los juegos Olímpicos de 1936, que se celebraron en Berlín.

Segun la historia manipulada por la juderia organizada y por los medios de comunicación, el  HOMBRE habia previsto para los juegos de 1936 demostrar al mundo su teoría principal de la superioridad aria, pero la teoría se hizo añicos, cuando un "negro" Jesse Owens derrotó a los malvados atletas "nazis", humillado y furioso, el HOMBRE mostró entonces su falta de deportividad por desairar el campeón Negro, aunque la realidad es bien distinta como muchos de nosotros sabemos a pesar de la manipulación.

Se puede aprender que el comportamiento del HOMBRE y su gobierno ejemplifica los ideales no sólo de la deportividad, sino también de la hospitalidad, en opinión de casi todo el mundo que estaba allí; que si alguien se comportó de una manera antideportiva, fue el equipo de Estados Unidos, que estaba bajo las órdenes de no extender la cortesía habitual del saludo olímpico para la Tribuna de Honor, el atleta "negro" a sí mismo más tarde dijo: 

"Cuando pasé por delante el Canciller se levantó, me saludó con la mano, y yo saludé a él. Creo que los escritores mostraron mala intención al criticar el hombre de la ahora Alemania, y que, lejos de ser humillado por los resultados de los juegos, Hitler estaba eufórico, porque los alemanes ganaron más oro, más plata, y más medallas de bronce, 89 en total, en comparación con 56 para los americanos que nadie, y que n palabras del historiador John Toland, "Los juegos han sido un triunfo nazi casi sin reservas."

Se necesitaría más estudios para saber que los nacionalsocialistas sobre la teoría de que los arios son inherentemente mejor en cada tipo de esfuerzo atlético que los no arios, que en vez reconocieron que las particularidades de cada raza dan ciertas ventajas y ciertas desventajas para competir contra otras razas; y que la forma particular de la "teoría" atribuida a el HOMBRE es una invención judía.
Pero lo que realmente debe ser aprendido de la mentira de los Juegos Olímpicos de 1936 es cuán creíble es el mito del Holocuento de la que es parte integrante.