Como respuesta a la muerte de muchos prisioneros por enfermedad, especialmente de tifus, las autoridades alemanas responsables por los campos, ordenaron firmes contramedidas. La dirección de la oficina administrativa de las SS envió una carta de instrucciones con fecha 28 de diciembre de 1942, a Auschwitz y otros campos de concentración. Ésta criticaba agudamente las altas tasas de mortandad entre los prisioneros debido a las enfermedades, y ordenaba que los médicos del complejo debían emplear todos los medios a su disposición para reducir significativamente las tasas de mortandad en todos los campos.
Adicionalmente ordenaba:
Los médicos del complejo deben supervisar con más frecuencia la alimentación de los prisioneros y, junto con el personal administrativo, proveer de recomendaciones para mejorías a los comandantes del campo… Los médicos del complejo deben observar que las condiciones de trabajo, en los distintos lugares, se mejoren al máximo.
Finalmente, la directiva enfatizaba que el Reichsführer SS Heinrich Himmler ha ordenado que las tasas de mortandad deben ser reducidas dramáticamente.
Los médicos del complejo deben supervisar con más frecuencia la alimentación de los prisioneros y, junto con el personal administrativo, proveer de recomendaciones para mejorías a los comandantes del campo… Los médicos del complejo deben observar que las condiciones de trabajo, en los distintos lugares, se mejoren al máximo.
Finalmente, la directiva enfatizaba que el Reichsführer SS Heinrich Himmler ha ordenado que las tasas de mortandad deben ser reducidas dramáticamente.
Como les fue ordenado, los médicos alemanes en Auschwitz llevaron a cabo medidas amplias e intensivas para reducir las tasas de mortandad entre los prisioneros. Por ejemplo, en una carta de fecha 25 de febrero de 1943, el médico de campo, Dr. Wirths, informó a la oficina central, la cual era responsable del sistema del campo de concentración:
Como ya he reportado, después de la epidemia de tifus en el campo de Auschwitz en noviembre y diciembre, prácticamente ha sido erradicada, aunque han habido nuevos brotes de tifus entre los prisioneros de Auschwitz así como entre las tropas, contagiados por los recién llegados en los transportes desde el Este. A pesar de las contramedidas que fueron tomadas inmediatamente, no se ha logrado la total erradicación de los casos de tifus.
Nada de esto puede ser confrontado con el relato oficial sobre la exterminación en Auschwitz.
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