Durante el regimen nacionalsocialista la antropología racial (Rassenkunde) y la higiene racial se convirtieron en campos científicos de gran respetabilidad. El concepto de Rassehygiene o ciencia de la higiene racial fue acuñado en 1895 por el psiquiatra suizo Alfred Ploetz (1860-1940).
El objetivo de esa ciencia era la selección adecuada de las parejas reproductivas y la reproducción controlada, lo cual llevaría de manera gradual a una nación más saludable y racialmente deseable. Junto con Ernst Rüdin funda en 1904 la Revista de Razas y Biología Social, que es considerada el primer periódico en el mundo sobre eugenesia.
En 1905 funda la Sociedad para la Higiene Racial, a la que añadiría más tarde el término "Eugenésica". Esa Sociedad tomó el ideal de la supremacía nórdica. Su objetivo era la revisión, por parte de un grupo de expertos, nombrados oficialmente, de los niños recién nacidos.
Fue durante esa época que se promulgó una serie de leyes de higiene racial. En 1933 la Ley de Esterilización, que pretendía la prevención de la descendencia genéticamente enferma. Esa ley afectó a unas 400.000 personas. Las Leyes de Núremberg (1935) definían una ley de ciudadanía, en la que se excluía deliberadamente a los judíos.
Fue durante esa época que se promulgó una serie de leyes de higiene racial. En 1933 la Ley de Esterilización, que pretendía la prevención de la descendencia genéticamente enferma. Esa ley afectó a unas 400.000 personas. Las Leyes de Núremberg (1935) definían una ley de ciudadanía, en la que se excluía deliberadamente a los judíos.
Se establecía una ley de protección de la sangre, prohibiéndose los matrimonios y las relaciones sexuales entre judíos y no-judíos. También se dictó una serie de leyes de salud matrimonial, en las que se imponía un riguroso examen médico a los jóvenes antes del matrimonio. La ley de la Eutanasia de 1939 autorizaba a ciertos médicos a suministrar una muerte piadosa a pacientes incurables.
El Reich trató también de crear una cultura aria y para ello era importante forjar una historia aria. De eso se encargó el Instituto Ahnenerbe, que sentaría las bases y fundamentos de un sistema basado en la raza aria como referente. Su tarea fue desenterrar, crear, inventar o falsificar pruebas de las cualidades y prestaciones de la raza aria hasta la Edad de Piedra.
También se encargarían de divulgar esos hallazgos a la población con fines puramente propagandísticos. Para el nacionalsocialismo los alemanes (puros) descendían directamente de los arios, heredando la inteligencia y la brillantez de sus antepasados, y solamente ellos eran capaces de crear cultura. Sólo los arios eran poseedores del genio para alcanzar la civilización, crear música, literatura, arte... y sólo ellos eran los llamados a conducir a la Humanidad por el camino del desarrollo. Todo ello respaldado por pruebas del Ahnenerbe.
Otros de los paladines de la Rassenhygiene fue el antropólogo Hans Gunther (1891-1968), quien tuvo también una gran influencia en la doctrina racial del nacionalsocialismo. Escribirá en los años '20 una serie de libros populares sobre las virtudes de la raza nórdica. En ellos estimaba que únicamente entre un 6% y un 8% de la población alemana podía considerarse raza nórdica pura. De entre esas obras destacará Short Ethnology of the German People (1929), en donde reemplaza la noción vaga del "ario" por la del "nórdico", que para él era mucho más precisa:
"La raza nórdica es alta, de piernas largas, delgadas y con un promedio de estatura que entre los elementos masculinos supera normalmente el 1,74 m. Los miembros son vigorosos y ágiles en su apariencia externa.
"El corte de cara de las facciones nórdicas, especialmente en el elemento masculino, da el efecto de arrojo y valentía especialmente a través de los rasgos dominantes de su perfil: su frente, su elevada y distinguida nariz, y finalmente su barbilla prominente. La suavidad de sus facciones da una clara expresión a su fisonomía. En el elemento femenino la barbilla tiene más arco, la nariz es menos aguda y además se une con un rostro no tan prominente. (...)
"Si un pintor, un dibujante o un escultor quiere representar la imagen de la determinación, de la decisión o de la resolución, o una característica de nobleza, superioridad o heroísmo humano, tanto en el hombre como enla mujer, en la mayoría de los casos crea imágenes que son más o menos aproximadamente la imagen de la raza nórdica" (Hans Günther, en Mosse, La Cultura Nazi).
Mas para Gunther, no es lo mismo germano que nórdico. Según él la herencia nórdica total de Alemania era a lo más de un 45% o un 50%, datos obtenidos exclusivamente de la observación de rasgos externos como tono de piel, color del cabello, etc. De esta manera dividió al pueblo alemán en dos clases: los nórdicos y los híbridos. A estos últimos los describirá como personas bajas, de 170 cms. de altura, con un índice cefálico superior a 76, un índice nasal platirrino, pelo trigueño, ojos color avellana o café, de complexión no delgada, labios gruesos y barbilla no firme. A esos individuos Gunther los llamará "bastardos" y, como tales, ciudadanos de segunda clase e inferiores, al menos físicamente.
Dado que el 95% de la población alemana, asi como casi todos los altos cargos del NSDAP cumplían la definición dada por Gunther de "bastardo", al Partido le era imposible aceptar sus conclusions. El Partido, que había prometido unir a la nación alemana y eliminar las distinciones de clase, aparecía ahora apoyando distinciones más exclusivas. Por todo ello las tesis de Gunther debían ser rechazadas.
Una de las especialidades de Günther fue la identificación física de los judíos. Junto con Fritz Lenz se encargó de identificar y esterilizar a los Rheinlandbastarde, unos descendientes de mujeres alemanas y soldados africanos que pertenecían a las tropas francesas que ocuparon la región del Rhineland después de la Primera Guerra Mundial.
Precisamente de los judíos decía Günther en su libro Rassenkunde des Jüdischen Volkes (Tratado Racial del Pueblo Judío, 1929): "Esta raza ha salido del desierto, y su conducta espiritual se inclina a convertir en desierto nuevamente el suelo ya cultivado".
Respecto de los gitanos Gunther declaró: "Los gitanos han conservado de hecho algunos elementos de su hogar nórdico, pero descienden de las clases más bajas de la población de esa región. En el curso de su migración, absorbieron la sangre de los pueblos circundantes, originándose así una mezcla racial oriental, asiático-oriental, con una adición de cepas hindúes, centro-asiáticas y europeas"(Hans Gunther, Rassenkunde des Judischen Volkes, Múnich, 1930).
Otra figura destacable de estas políticas es el genetista Otmar Freiherr von Verschuer (1896-1969), quien orientó sus estudios a demostrar los vínculos genéticos entre un individuo y un hipotético colectivo racial de orden superior oVolk al que pertenecería ese individuo. En un escrito suyo de 1939 se puede leer:"Nosotros los genetistas e higienistas raciales hemos tenido la fortuna de ver cómo el silencioso trabajo del estudio del investigador del laboratorio científico encuentra aplicación en la vida de las personas".
Von Verschuer fue director de la división "Herencia Humana" del Instituto Kaiser Wilhelm en Berlín, en 1934. Él mismo declaraba ser el "responsable de asegurar que el cuidado de los genes y de la raza, campo en que Alemania era líder mundial, tuviese una base tan firme que pudiera resistir a cualquier ataque exterior". Entre 1936 y 1942 asumió la dirección del Instituto del Tercer Reich para la Herencia, la Biología y la Pureza Racial, en Frankfurt.
El ministerio de Salud del Reich creó un Centro para la Investigación sobre la Biología de las Poblaciones y la Higiene Racial. Su director fue el médico y psicólogo Robert Ritter, quien centró sus inquietudes científicas en el tema de los gitanos, a los que clasificó como "portadores de sangre no alemana y gente de orígenes etnológicos enteramente primitivos e incapaces de una adaptación social real". Junto con su ayudante de campo Eva Justín realizó un extenso estudio de campo durante la primavera de 1936, realizando entrevistas y exámenes médicos a más de 24.000 gitanos, para recoger datos acerca de su genealogía y genética. Se hicieron clasificaciones raciales en diversos grupos y se propuso como solución a la "cuestión gitana" (Zigeunerfrage) "reunirlos a todos en grandes campos de trabajo y mantenerlos trabajando allí", ya que se determinó que la mayoría de los gitanos representaba un peligro para la pureza racial alemana.
Los gitanos fueron una fuente de confusión ideológica en la Alemania nacionalsocialista, ya que, si las ideas sobre la raza aria eran correctas y los gitanos venían originariamente de la India (de donde habrían salido hacía unos mil años), deberían ser, en buena lógica, descendientes de arios. El mismo Heinrich Himmler, famoso por sus pensamientos místico-raciales, creía que algunos grupos de gitanos podían ser considerados arios y por tanto podían tener más valor racial que otros, aunque al final acabaron todos en el mismo saco racial, llevando simplemente una Z de Zigeuner (zíngaro) en los uniformes en los campos de trabajo.
El suizo germanófilo Otto Hauser (1874-1932) en su obra Raza y Cultura(1916) dice que los griegos habían sido "un pueblo rubio, bien definido, que llegó por sí mismo a una cultura cuyo nivel será admirado siempre, que será siempre ejemplar mientras circule en un pueblo, en un individuo, sangre nórdica afín".
Pero las teorías raciales germanas no se dirigen exclusivamente contra los judíos, sino que también hacia gran parte de su propio pueblo, contra los descendientes de la raza alpina, que Günther había rebautizado como "oriental". Para Günther la existencia de esa raza oriental, sin talento y sin espíritu creador, en el corazón de Europa amenaza la pureza de los nórdicos.
Otros de los paladines de la Rassenhygiene fue el antropólogo Hans Gunther (1891-1968), quien tuvo también una gran influencia en la doctrina racial del nacionalsocialismo. Escribirá en los años '20 una serie de libros populares sobre las virtudes de la raza nórdica. En ellos estimaba que únicamente entre un 6% y un 8% de la población alemana podía considerarse raza nórdica pura. De entre esas obras destacará Short Ethnology of the German People (1929), en donde reemplaza la noción vaga del "ario" por la del "nórdico", que para él era mucho más precisa:
"La raza nórdica es alta, de piernas largas, delgadas y con un promedio de estatura que entre los elementos masculinos supera normalmente el 1,74 m. Los miembros son vigorosos y ágiles en su apariencia externa.
"El corte de cara de las facciones nórdicas, especialmente en el elemento masculino, da el efecto de arrojo y valentía especialmente a través de los rasgos dominantes de su perfil: su frente, su elevada y distinguida nariz, y finalmente su barbilla prominente. La suavidad de sus facciones da una clara expresión a su fisonomía. En el elemento femenino la barbilla tiene más arco, la nariz es menos aguda y además se une con un rostro no tan prominente. (...)
"Si un pintor, un dibujante o un escultor quiere representar la imagen de la determinación, de la decisión o de la resolución, o una característica de nobleza, superioridad o heroísmo humano, tanto en el hombre como enla mujer, en la mayoría de los casos crea imágenes que son más o menos aproximadamente la imagen de la raza nórdica" (Hans Günther, en Mosse, La Cultura Nazi).
Mas para Gunther, no es lo mismo germano que nórdico. Según él la herencia nórdica total de Alemania era a lo más de un 45% o un 50%, datos obtenidos exclusivamente de la observación de rasgos externos como tono de piel, color del cabello, etc. De esta manera dividió al pueblo alemán en dos clases: los nórdicos y los híbridos. A estos últimos los describirá como personas bajas, de 170 cms. de altura, con un índice cefálico superior a 76, un índice nasal platirrino, pelo trigueño, ojos color avellana o café, de complexión no delgada, labios gruesos y barbilla no firme. A esos individuos Gunther los llamará "bastardos" y, como tales, ciudadanos de segunda clase e inferiores, al menos físicamente.
Dado que el 95% de la población alemana, asi como casi todos los altos cargos del NSDAP cumplían la definición dada por Gunther de "bastardo", al Partido le era imposible aceptar sus conclusions. El Partido, que había prometido unir a la nación alemana y eliminar las distinciones de clase, aparecía ahora apoyando distinciones más exclusivas. Por todo ello las tesis de Gunther debían ser rechazadas.
Una de las especialidades de Günther fue la identificación física de los judíos. Junto con Fritz Lenz se encargó de identificar y esterilizar a los Rheinlandbastarde, unos descendientes de mujeres alemanas y soldados africanos que pertenecían a las tropas francesas que ocuparon la región del Rhineland después de la Primera Guerra Mundial.
Precisamente de los judíos decía Günther en su libro Rassenkunde des Jüdischen Volkes (Tratado Racial del Pueblo Judío, 1929): "Esta raza ha salido del desierto, y su conducta espiritual se inclina a convertir en desierto nuevamente el suelo ya cultivado".
Respecto de los gitanos Gunther declaró: "Los gitanos han conservado de hecho algunos elementos de su hogar nórdico, pero descienden de las clases más bajas de la población de esa región. En el curso de su migración, absorbieron la sangre de los pueblos circundantes, originándose así una mezcla racial oriental, asiático-oriental, con una adición de cepas hindúes, centro-asiáticas y europeas"(Hans Gunther, Rassenkunde des Judischen Volkes, Múnich, 1930).
Otra figura destacable de estas políticas es el genetista Otmar Freiherr von Verschuer (1896-1969), quien orientó sus estudios a demostrar los vínculos genéticos entre un individuo y un hipotético colectivo racial de orden superior oVolk al que pertenecería ese individuo. En un escrito suyo de 1939 se puede leer:"Nosotros los genetistas e higienistas raciales hemos tenido la fortuna de ver cómo el silencioso trabajo del estudio del investigador del laboratorio científico encuentra aplicación en la vida de las personas".
Von Verschuer fue director de la división "Herencia Humana" del Instituto Kaiser Wilhelm en Berlín, en 1934. Él mismo declaraba ser el "responsable de asegurar que el cuidado de los genes y de la raza, campo en que Alemania era líder mundial, tuviese una base tan firme que pudiera resistir a cualquier ataque exterior". Entre 1936 y 1942 asumió la dirección del Instituto del Tercer Reich para la Herencia, la Biología y la Pureza Racial, en Frankfurt.
El ministerio de Salud del Reich creó un Centro para la Investigación sobre la Biología de las Poblaciones y la Higiene Racial. Su director fue el médico y psicólogo Robert Ritter, quien centró sus inquietudes científicas en el tema de los gitanos, a los que clasificó como "portadores de sangre no alemana y gente de orígenes etnológicos enteramente primitivos e incapaces de una adaptación social real". Junto con su ayudante de campo Eva Justín realizó un extenso estudio de campo durante la primavera de 1936, realizando entrevistas y exámenes médicos a más de 24.000 gitanos, para recoger datos acerca de su genealogía y genética. Se hicieron clasificaciones raciales en diversos grupos y se propuso como solución a la "cuestión gitana" (Zigeunerfrage) "reunirlos a todos en grandes campos de trabajo y mantenerlos trabajando allí", ya que se determinó que la mayoría de los gitanos representaba un peligro para la pureza racial alemana.
Los gitanos fueron una fuente de confusión ideológica en la Alemania nacionalsocialista, ya que, si las ideas sobre la raza aria eran correctas y los gitanos venían originariamente de la India (de donde habrían salido hacía unos mil años), deberían ser, en buena lógica, descendientes de arios. El mismo Heinrich Himmler, famoso por sus pensamientos místico-raciales, creía que algunos grupos de gitanos podían ser considerados arios y por tanto podían tener más valor racial que otros, aunque al final acabaron todos en el mismo saco racial, llevando simplemente una Z de Zigeuner (zíngaro) en los uniformes en los campos de trabajo.
El suizo germanófilo Otto Hauser (1874-1932) en su obra Raza y Cultura(1916) dice que los griegos habían sido "un pueblo rubio, bien definido, que llegó por sí mismo a una cultura cuyo nivel será admirado siempre, que será siempre ejemplar mientras circule en un pueblo, en un individuo, sangre nórdica afín".
Pero las teorías raciales germanas no se dirigen exclusivamente contra los judíos, sino que también hacia gran parte de su propio pueblo, contra los descendientes de la raza alpina, que Günther había rebautizado como "oriental". Para Günther la existencia de esa raza oriental, sin talento y sin espíritu creador, en el corazón de Europa amenaza la pureza de los nórdicos.
El oriental es la negación del hombre nórdico. El oriental es el pacifista nato, el hombre de la masa; de ahí su preferencia por la democracia. No posee ningún rasgo heroico y tampoco presenta ninguna comprensión por la grandeza de la patria y de la nación. Resumiendo, para Günther, los orientales son buenos como súbditos, pero no pueden ser jefes; para ser jefe sólo están llamados los nórdicos.
A los alpinos (orientales) se les acusará de incesto y de otras perversiones sexuales: "La relación sexual dentro del mismo linaje, es decir, entre hermanos y entre padres e hijos, según me informan médicos de aquellos distritos, no serían ninguna gran rareza en los territorios orientales. El alma oriental no conoce quizá el concepto del incesto" (L. F. Clauss, Rasse und Seele).
Pero los ataques más virulentos los hará Hauser en Raza y Cultura, pues considera de ellos que son un pueblo corrompido:
"Por el dinero, todo le es grato. Vendería sin titubear su honor, si lo tuviera. Es el demócrata y el capitalista nato... El oriental es más lascivo que las razas puras y cruzadas. Para él tienen que danzar en el escenario mujeres y hombres desnudos y apretujarse en lo posible; lee con preferencia perversidades y las practica cuando tiene dinero para ello. Esclaviza a la mujer y es esclavizado por ella. Defiende el individualismo, en el sentido de que cada cual puede hacer todo lo que quiera, violar niñas y niños, emplear todos los medios en la competencia social, espiritual y política. Y mientras en los demás es regla deportiva no echar mano a las partes sexuales del adversario, él practica —quien por lo demás apoya la liberación de todos los placeres— ese ejercicio con preferencia cuando puede atraer hacia él los genios que le son —a él, típicamente agenial— desagradables, y trata de hacer caer a los adversarios políticos a quienes no puede vencer en lucha honrada" (Otto Hauser, Rasse und Kultur, p. 69).
A los alpinos (orientales) se les acusará de incesto y de otras perversiones sexuales: "La relación sexual dentro del mismo linaje, es decir, entre hermanos y entre padres e hijos, según me informan médicos de aquellos distritos, no serían ninguna gran rareza en los territorios orientales. El alma oriental no conoce quizá el concepto del incesto" (L. F. Clauss, Rasse und Seele).
Pero los ataques más virulentos los hará Hauser en Raza y Cultura, pues considera de ellos que son un pueblo corrompido:
"Por el dinero, todo le es grato. Vendería sin titubear su honor, si lo tuviera. Es el demócrata y el capitalista nato... El oriental es más lascivo que las razas puras y cruzadas. Para él tienen que danzar en el escenario mujeres y hombres desnudos y apretujarse en lo posible; lee con preferencia perversidades y las practica cuando tiene dinero para ello. Esclaviza a la mujer y es esclavizado por ella. Defiende el individualismo, en el sentido de que cada cual puede hacer todo lo que quiera, violar niñas y niños, emplear todos los medios en la competencia social, espiritual y política. Y mientras en los demás es regla deportiva no echar mano a las partes sexuales del adversario, él practica —quien por lo demás apoya la liberación de todos los placeres— ese ejercicio con preferencia cuando puede atraer hacia él los genios que le son —a él, típicamente agenial— desagradables, y trata de hacer caer a los adversarios políticos a quienes no puede vencer en lucha honrada" (Otto Hauser, Rasse und Kultur, p. 69).
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