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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

miércoles, 6 de abril de 2016

El "Holocausto" como Mito Sagrado

En el Tribunal de Núremberg de la posguerra, los Aliados alegaron que los alemanes exterminaron a cuatro millones de personas en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Hasta 1990 una placa conmemorativa en Auschwitz decía: "Cuatro millones de personas sufrieron y murieron aquí a manos de los asesinos nacionalsocialistas entre los años 1940 y 1945". Durante una visita en Junio de 1979 a dicho campo, el Papa Juan Pablo II estuvo delante de ese monumento conmemorativo y rezó y bendijo a los cuatro millones de víctimas.


En Julio de 1990 el Museo Estatal de Auschwitz del gobierno polaco, junto con el centro israelí Yad Vashem del "Holocausto", admitieron que la cifra de cuatro millones era una burda exageración, y las referencias a ella fueron en consecuencia removidas del monumento de Auschwitz. Funcionarios israelíes y polacos anunciaron una cifra revisada provisional de al menos 1,1 millón de muertos, siendo aproximadamente el 90% judíos de casi cada país de Europa.


Como ya se destacó, la afirmación de que los alemanes exterminaron a cuatro millones de personas en Auschwitz se admite ahora que es un mito deliberado y una falsedad políticamente inspirada.


En su discurso en la Conferencia, el diplomático revisionista doctor Frederick Toben señaló correctamente que, una vez más, el sucesor de Juan Pablo, el Papa Benedicto XVI, bendijo al presunto 1,5 millón de víctimas, lo cual muestra que hay en efecto un esfuerzo concertado para elevar la ideología del "Holocausto" alstatus de "mito sagrado".


En cuanto a la falsedad políticamente inspirada de que cuatro millones de personas fueron asesinados en Auschwitz, así es cómo el fallecido Papa Juan Pablo II propuso que debería ser usada. En palabras del New York Times: "Con su voz que se ha ido enronqueciendo durante el sexto día de la visita a su Polonia natal, el Papa pidió que todos sus oyentes se comprometan con el cuidado de los seres humanos y los oprimidos, como testimonio para los cuatro millones, incluyendo 2½ millones de judíos que murieron en los campos que él podía ver desde la elevada plataforma del altar".




Note cómo la falsa cifra de "cuatro millones de asesinados" encaja con los criterios para definir un "mito". Es una creencia manifiestamente falsa que ha tomado una importancia simbólica en la vida emocional de la gente. El Papa propuso que aquello debiera ser una fuerza motivadora para la acción social. La cifra de cuatro millones no estaba basada en el análisis racional sino más bien en una "necesidad de creer" por una razón política ulterior. Y finalmente, la falsedad de los cuatro millones fue dotada por el Papa mismo con una cualidad "sagrada", que puede transferirse a las relaciones sociales, instituciones u ordenamientos políticos asociados con ella, otorgándoles de esa manera un aire de legitimidad.


Para crédito del NY Times, ellos realmente indicaron cómo la ideología del"Holocausto", que incluye la falsedad de los cuatro millones, concedió un aire de legitimidad a los acuerdos políticos de 1979: "Los sufrimientos de Polonia a manos de la Alemania nacionalsocialista todavía son vistos como una fuente de unidad, y la liberación del país por el Ejército Rojo es considerada como la impronta de la legitimidad de la dirigencia marxista del país".


La cifra de "cuatro millones de asesinados en Auschwitz" se ha ido, y la dirigencia marxista de Polonia ha sido transferida al basurero de la Historia. Pero la necesidad de creer en el mito de Auschwitz sobrevive. Ha sido "revisado" para prestar un aire de legitimidad a intereses socio-políticos contemporáneos.


El profesor Van Pelt reveló los motivos de por qué Polonia tiene un interés creado en promover la ideología del "Holocausto". En 1947 el gobierno polaco decretó una ley que conmemoraba el martirio de Polonia y otras naciones en el campo de concentración de Auschwitz. En otra parte él escribió:"A medida que las relaciones entre el Este y el Oeste se deterioraban después de la guerra, con la mayor parte de Alemania convirtiéndose en parte de la OTAN y con aquel país rechazando reconocer la legitimidad de la anexión polaca de posguerra de los antiguos territorios alemanes de Prusia del Este, Pomerania y Silesia, el número de víctimas se convirtió en un asunto político. Los jefes comunistas de Polonia eran reacios a ceder una pulgada en sus reclamaciones contra Alemania mientras el gobierno de Bonn no reconociera la integridad territorial de la República Popular de Polonia, y por lo tanto ellos siguieron sosteniendo, como un asunto de política, que 4 millones de personas habían sido muertas en Auschwitz".


Sea legítima o no la posición polaca en cuanto a los disputados territorios, las autoridades de Polonia todavía tienen un interés creado ulterior en promover la ideología del "Holocausto". Ella no sólo sirve como una piedra angular del nacionalismo polaco sino que proporciona una "salvaguardia" contra cualquier futura exigencia alemana de que Polonia devuelva a Alemania los disputados territorios. El encarcelado científico revisionista del "Holocausto" Germar Rudolf lo resumió perfectamente cuando él escribió: "Muchos polacos temen en sus corazones que el Estado de Polonia de posguerra perdura y se acaba con Auschwitz.


Seguramente hay también intereses y gobiernos no-judíos detrás de la promoción de la ideología del "Holocausto". El fallecido historiador revisionista Charles Weber lo declaró de esta manera: «Con lo corrosivos, polémicos y destructivos que son el material del "Holocausto" y la tesis del exterminio, ciertamente no debemos considerar a los judíos como exclusivos responsables de su continua propagación».

Considere el caso de Rusia. Aquí está la declaración del representante ruso ante Naciones Unidas en cuanto a la reciente resolución de Naciones Unidas que condena la "negación del Holocausto": «El Ejército Rojo había liberado el campo de exterminio de Auschwitz, uno de los más grandes. La memoria del heroísmo de los soldados soviéticos y de los muchos millones de víctimas en su país nunca podría reconciliarse con el "interés político oportunista" que procuró distorsionar el significado de aquella historia».



Claramente, la ideología del "Holocausto" pone a los rusos en el papel de "heroicos libertadores". Cualquier rechazo de dicha doctrina pondría perfectamente bien el foco en los crímenes, genocidio y opresión del régimen estalinista, siendo su resultado final la demolición de uno de los pilares de la ideología patriótica rusa, y la comprensión a nivel mundial de que el comunismo estalinista que vino de Rusia era un sistema más opresivo y malvado que lo que lo fue alguna vez el nacionalsocialismo. Incluso la violenta opositora intelectual al revisionismo del "Holocausto" Deborah Lipstadt admite que Stalin mató a más personas que Hitler.


Nuevamente, el revisionista Charles Weber lo declaró de la siguiente manera:«El material del "Holocausto" ha resultado ser un complemento útil en diversos otros esfuerzos de la propaganda soviética, incluyendo los "juicios" de Núremberg y la borradura de la conciencia, mediante el contraste, de muchos crímenes de la Unión Soviética contra otras naciones, tales como la masacre de Katyn».


El representante de la Federación Rusa ante Naciones Unidas Vitaly Churkin insinuó que esto es lo que está detrás del apoyo de Rusia a la reciente resolución de Naciones Unidas que condena la "negación del Holocausto": «Los Estados miembros se vieron obligados a incluír en aquella condena los intentos de revisar la historia de la Segunda Guerra Mundial y los méritos de aquellos que tomaron las armas para luchar contra los nacionalsocialistas. Cualquier tentativa de convertir en héroes a los secuaces del fascismo debe ser rechazada».


Las élites no-judías de poder estadounidenses y británicas también tienen un interés creado en promover la ideología del "Holocausto". Como lo reveló recientemente el historiador Jeffrey Herf en su estudio El Enemigo Judío, la ideología del "Holocausto" pinta a los estadounidenses y a los británicos bajo una luz buena y ética, y así "justifica" su esfuerzo de guerra entero contra Alemania.


Como lo aclara Herf, una de las características importantes de la propaganda de masas es que apela a contrastes absolutos entre el bien y el mal. La doctrina del "Holocausto" cumple los requisitos perfectamente. Él escribió: «Los reportes acerca de de la Solución Final [la tentativa nacionalsocialista de exterminar a los judíos durante la 2ªGM] subrayaban la absoluta dicotomía moral entre la Alemania nacionalsocialista y sus aliados, por una parte, y las Naciones Unidas [estadounidenses, británicos, etc.], por otra. Ellos reforzaron la convicción de los Aliados de que aquélla era una guerra entre la libertad y la tiranía, el bien y el mal, la civilización y la barbarie».


En una declaración formal que refleja la opinión oficial del gobierno de Estados Unidos, se declaraba: "La derrota de 1945 de la Alemania nacionalsocialista a manos de Estados Unidos y sus aliados finalmente le puso un final a la campaña de genocidio del dictador Adolf Hitler".


En pocas palabras, suprima la ideología del "Holocausto", y una importante "justificación" del esfuerzo de guerra estadounidense y británico contra Alemania se ve arrojada al basurero de la Historia. Los estadounidenses y los británicos comenzarán a hacer preguntas incómodas, como "¿por qué fuimos a la guerra contra Alemania? Tal vez no deberíamos haber ido a la guerra contra Alemania, y tal vez fue un enorme error haberse aliado con el criminal régimen estalinista".

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