Llamando a Federico el Grande "un precursor de Hitler", en Febrero de 1947, en un acto de notable arrogancia y estupidez, y en total falta de consideración por los hechos históricos, los "buenos" publicaron un decreto formal que abolía el antiguo Estado alemán de Prusia.
La puerta de la casa es todo lo que queda de otra pieza desaparecida de la historia cultural alemana. En Leipzig, la construcción del lugar de trabajo de Johann Sebastian Bach, la Paulinerkirche, comenzó en 1228, y dicha iglesia permaneció durante más de 700 años, un modelo de arquitectura eclesiástica gótica junto con la Universidad de Leipzig. Contenía muchos artefactos históricos y artísticos, incluyendo uno de los órganos favoritos de Bach.
El 30 de Mayo de 1968 a las 11 AM, la iglesia, que había sobrevivido a los crueles bombardeos Aliados de Leipzig, fue destruída porque los líderes comunistas Paul Fröhlich y Walter Ulbricht habían tomado dicha decisión por razones "ideológicas". Ellos se reservaron sólo siete días para preparar la demolición y rescatar los objetos de la iglesia. Una muchedumbre llorosa de habitantes de Leipzig se juntó para mirar cómo uno de sus monumentos más preciosos era hecho saltar por los aires no lejos de la avenida que había sido renombrada como "Karl Marx Platz". Los escombros fueron limpiados y amontonados en el extremo de la ciudad donde están cubiertos ahora por una pequeña colina con una pequeña cruz de madera que dice "Paulinerkirche 1968".
Los alemanes estuvieron inseguros en cualquier estado de descomposición. Los ocupantes estadounidenses en la bombardeada Aquisgrán, hogar de Carlomagno (Karl der Große, en el más belicoso idioma alemán), ordenaron que un soldado fuera a descubrir los restos del gran Emperador que habían sido escondidos para su cuidado seguro por alemanes que confesaron su localización después de un poco de "difícil interrogatorio" de parte de los Aliados amantes de la paz y llevara de vuelta los huesos. Cuando el soldado reapareció con el saco de huesos, preguntó con una mirada estúpida en su cara: Entonces, ¿dónde arrojo esto?.
Napoleón visitó la tumba de Federico el Grande durante la ocupación francesa de Alemania. "Él fue un gran hombre, sobre todo en situaciones críticas. Ésta es la alabanza más alta que uno puede dar a su carácter", fue su homenaje al gran rey prusiano, cuando él estuvo de pie ante su ataúd. "No estaríamos aquí si él estuviera vivo". Un saqueador empedernido, Napoleón luego entró en la biblioteca personal de Federico, rebuscó entre sus pertenencias, y tomó la espada de Federico. Ésta viajó hasta París, donde fue destruída más tarde.
Al gran e ilustrado rey prusiano Federico el Grande no se le permitió mucha paz, incluso en su muerte. Federico dejó claras instrucciones de su entierro en su testamento. Él quería ser sepultado en su casa al lado de sus perros favoritos. El sucesor de Federico en cambio ordenó que fuera sepultado en la iglesia de la guarnición de Potsdam.
En la Segunda Guerra Mundial, los soldados alemanes habían trasladado el ataúd de Federico el Grande para su depósito en un búnker subterráneo en Potsdam-Eiche en 1943, y luego, en Marzo de 1945, a una mina de sal en Turingia. Después del final de la guerra, los huesos fueron llevados por soldados Aliados para ser almacenados en la Iglesia Elizabeth, de Marburgo en Hessen, para prevenir un "resurgimiento del nacionalismo". Se habló algo entre los Aliados de destruír los restos mortales del rey como un símbolo de su nueva autoridad sobre Alemania, pero los huesos fueron en cambio transferidos a Burg Hohenzollern en Hechtigen en 1952.
Sin embargo, los deseos de Federico el Grande fueron por fin cumplidos, a pesar de las chillonas protestas de la Izquierda. El 17 de Agosto de 1991, en el aniversario Nº 295 de su muerte, el sarcófago con los restos mortales del rey fue puesto en el patio delantero del palacio Sanssouci, escoltado por una guardia de honor. El entierro tuvo lugar esa noche en la tumba que Federico había planeado para dicho objetivo desde 1744: "Una vez que esté allí, estaré despreocupado".
Poco hubiera adivinado Federico que el nombre "Prusia" sería formalmente borrado del lenguaje internacional por la orden Nº 46 de la Comisión de Control Aliada del 23 de Febrero de 1945, porque, como se ha afiirmado incorrectamente, "Desde tiempo inmemorial [Prusia] ha sido el pilar del militarismo y la reacción en Alemania". El Estado de Prusia todavía existió legalmente durante un tiempo después del final de la guerra, pero resultó ser un obstáculo para la división de Alemania hecha por los Aliados en cuatro zonas de ocupación fácilmente controladas y conformadas para "estabilizar las estructuras políticas", en el concepto de éstos de una nueva Alemania, ya que Prusia era un Estado grande con sus diversas regiones incluídas en las cuatro zonas.
Existió un espectacular monumento a Federico que alguna vez adornó Marienburgo, el sitio del viejo castillo de los Caballeros Teutónicos y reverenciado símbolo de la historia cultural alemana y de conciencia nacional que fue arrancado y entregado a la Polonia comunista. El monumento fue destruído. Una fosa común que contenía los restos de miles de civiles prusianos alemanes asesinados a sangre fría por el Ejército Rojo ha sido descubierta recientemente en las cercanías.–
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