Thies Christophersen

Thies Christophersen: oficial del ejército alemán en Auschwitz-Birkenau, escritor revisionista pionero y valiente luchador por la verdad en la historia, murió el 13 de febrero de 1997, en Molfsee, Kiel, en el norte de Alemania, tenía 79 años.

Christophersen testificó que la simpatía por el nacionalsocialismo no era una justificación para la mentira. Sus motivos para testificar fueron los siguientes: había llegado a la convicción de que las historias de las cámaras de gas eran un engaño, una estafa.


Al preguntarle si estaba tan conmocionado por Hitler que no podía decir la verdad, Christophersen respondió que las personas que habían estado muy entusiasmadas con Hitler lo negaron de un día para el otro. Él no hizo eso. Aquellos que vivieron los tiempos de Hitler y experimentaron el entusiasmo de aquellos años nunca, si es honesto, olvidaron esos tiempos. Pero él no diría mentiras por Adolf Hitler. 

Christophersen dijo en Nueva York en 1979 que para él, Adolf Hitler siempre había sido y era la mejor persona que la historia había producido en los últimos 2.000 años y no solo para los alemanes. Vio a Hitler como un salvador, no solo para él sino también para millones de alemanes desempleados. Hitler hizo maravillas y los alemanes lo amaron. El punto culminante de la vida de Christophersen llegó en 1937 cuando pudo mantener una larga conversación con Hitler.

Escribió en Die Auschwitz-Lüge "The Auschwitz Lie". Como uno de los primeros trabajos importantes para confrontar la leyenda del exterminio de Auschwitz, el relato de primera mano de Christophersen fue un factor importante en el crecimiento y desarrollo del revisionismo del Holocausto.

"La mentira de Auschwitz" causó sensación inmediata en Alemania, donde pronto fue prohibida. Sin embargo, esto no impidió la publicación de ediciones en alemán en Suiza y Dinamarca, y antes de las ediciones largas aparecieron en todos los principales idiomas europeos, incluidos varios en inglés. Como era de esperar, Christophersen sufrió un ataque mediático hostil y mentiroso . Numerosos reportajes en los periódicos, por ejemplo, se refieren incorrectamente a él como un "antiguo oficial de las SS".

En marzo de 1988, testificó en el "juicio del Holocausto" en Toronto a favor del alemán-canadiense Ernst Zündel. Bajo juramento, detalló sus experiencias durante la guerra en Auschwitz y respondió numerosas preguntas puntuales del fiscal.

Aunque nunca fue procesado por su libro "Auschwitz Lie", fue sometido a juicio por otros escritos abiertos.

Expulsado de su querida patria, se vio obligado a vivir en el exilio en Dinamarca, Bélgica y Suiza . A su favor, Dinamarca rechazó las solicitudes alemanas para extraditarlo, señalando que tenía un permiso de residencia válido y no había infringido ninguna ley danesa. Mientras la policía danesa se mantenía al margen, cientos de matones "antifascistas" atacaron su modesto hogar en la pequeña ciudad de Kollund,  también dañaron severamente usando ácido corrosivo, su automóvil. Después de meses de tal abuso, en 1995 Christophersen se vio obligado a abandonar Dinamarca. Enfermo de cáncer, buscó tratamiento en Suiza, pero en diciembre de 1995 se vio obligado a abandonar ese país. Luego encontró refugio temporal en España. 

Christophersen testificó que como miembro del ejército alemán estuvo en Auschwitz desde enero de 1944 hasta diciembre de 1944 trabajando en el subcampo Raisko cultivando Kok Sagis, un tipo de diente de león que producía un látex blanco utilizado en la producción de caucho sintético.

Además de unas doscientas mujeres internas que vivían en Raisko, el trabajo fue realizado por mujeres reclusas de Birkenau, ubicadas a unos 2 km. de distancia, también hubo empleados civiles, incluidos agrónomos rusos.  Muchos de los internados eran académicos que hablaban alemán. Los trabajadores de Raisko trabajaban en un invernadero, un laboratorio, un jardín y los campos. 

Christophersen se encontró con Adolf Hitler dos veces. La primera vez, cuando era joven, había visto a Hitler dar un discurso en Nuremberg y luego había ido a almorzar afuera bajo un manzano. Tres vehículos que pasaban se detuvieron y de uno de los autos salió Hitler. 

Él y Christophersen tuvieron una conversación sobre la granja de Christophersen y el tipo de ganado y cerdos que estaban criando. Christophersen estaba asombrado de su conocimiento de la agricultura. 

Hitler escribió su dirección y lo invitó a su cumpleaños el 20 de abril . En esta ocasión, Christophersen se encontró con Hitler nuevamente. Un año más tarde, en 1938, volvió a las celebraciones del cumpleaños de Hitler para saludarlo desde su área, Schleswig-Holstein. Estas reuniones tuvieron un impacto sustancial en Christophersen y se emocionó al hablar de ello. Cuando Christophersen se casó, fue el 20 de abril.