Un ideólogo clave del naciente Partido era también el principal abogado de la reforma bancaria en Alemania, Gottfried Feder. Curiosamente, casi en la misma época (1917) el escocés C. H. Douglas, un ingeniero al igual que Feder, estaba formulando una doctrina ampliamente similar, el Crédito Social, y antes de él el inventor Arthur Kitson estaba abogando por la evitación del sistema bancario privado con la emisión estatal de dinero sin deuda según los requerimientos de producción y consumo de la sociedad.
La Alemania nacionalsocialista, el Japón imperial y la Italia fascista emprendieron medidas similares al publicar el crédito estatal y certificados de trabajo amortizables. Los notables logros económicos de aquellos Estados en medio de la Gran Depresión han sido consignados al Agujero de la Memoria. A pesar de todo, la necesidad de entender el sistema bancario y las alternativas a él es tan apremiante ahora, en medio de la "crisis de deudas global", como lo era durante la Gran Depresión. Una diferencia significativa entre entonces y ahora es que después de la Primera Guerra Mundial muchas personas entendieron la necesidad de cambiar el sistema bancario, y grandes movimientos de reforma como el Crédito Social en Alberta y el Partido Laborista en Nueva Zelanda arrasaron en su llegada al poder sobre la plataforma de la reforma bancaria. Puesto que los tres principales Estados del Eje también emitieron el crédito estatal, emprendieron el control de la banca y llevaron a sus naciones a la prosperidad, esta importante cuestión también ha sido ocultada.
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