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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Testimonio de Testigo Ocular


Fuente; nexusmagazine.com


Nos encontramos con la tarea de tratar de dar sentido a uno de los acontecimientos más importantes de la Historia moderna sobre la base de un conjunto notablemente escaso de pruebas.



Los cuatro testimonios han llegado posteriormente a estar disponibles, tres de ellos tan recientemente como en 2005. Esto significa que sólo ahora es posible considerar juntas las más tempranas declaraciones de testigos oculares como un cuerpo independiente de evidencia. Sólo ahora es posible dejar atrás Los Últimos Días de Hitler y ocuparnos del mejor material con una fuente original disponible.
Hasta que fue publicado en 1947 el libro Los Últimos Días de Hitler, del cuentista Hugh Trevor-Roper y los relatos de Kempka y Karnau eran los únicos disponibles para el público "contaminado".
La narración de Trevor-Roper, fue tratada por el establishment judaico desde el mismo comienzo como definitiva.




El caso de la opinión convencional de que Hitler se suicidó y fue cremado durante la tarde del 30 de Abril de 1945 depende por lo tanto completamente de las declaraciones verbales y escritas proporcionadas inmediatamente después de la guerra por un pequeño grupo de nacionalsocialistas capturados, la mayor parte de los cuales eran miembros de la Schutzstaffel (SS), quienes afirmaron haber observado esos importantes acontecimientos históricos con sus propios ojos. Los seis relatos más importantes son los del:


    SS-ObersturmbannführerHarry Mengershausen. 

 SS-Sturmbannführer Otto Guensche. 


SS-Obergruppenführer Johannes "Hans" Rattenhuber.


SS-Obersturmbannführer Erich Kempka. 

SS-Unterführer Hermann Karnau. 

SS-Hauptscharführer Erich Mansfeld.

Los tres primeros testigos oculares, Mengershausen, Guensche y Rattenhuber, cayeron todos en manos soviéticas después de que Berlín fue capturado el 2 de Mayo de 1945. Ellos contaron sus respectivas versiones del destino de Hitler a las autoridades soviéticas entre el 13 y el 20 de Mayo de 1945. Los relatos de esos tres hombres no estuvieron disponibles para el público sino hasta la publicación en 2005 de la antología Hitler's Death. Aunque el ayudante de cámara de Hitler el SS-Sturmbannführer Heinz Linge fue capturado al mismo tiempo, sus declaraciones de interrogación no están incluídas en La Muerte de Hitler y, nunca han sido hechas públicas. 

Considerando que Linge posteriormente surgió como uno de los protagonistas centrales en la historia oficial del fallecimiento de Hitler, ese hecho obviamente plantea preguntas acerca de las pretensiones del volumen La Muerte de Hitler para constituírse prácticamente en la última palabra sobre el tema.

Los tres relatos pueden ser complementados por varios otros testimonios referidos por prisioneros alemanes a los soviéticos en Mayo de 1945, en particular el que dio el 7 de Mayo el SS-Sturmbannführer Dr. Helmut Kunz. Aunque el doctor Kunz manifestó no saber nada que tuviera que ver directamente con las muertes de Adolf y Eva Hitler, su declaración contiene un relato muy significativo de la última conversación conocida de Eva.

Tan pronto como miramos los elementos de la historia, aparte de aquellos ya enumerados, las discrepancias resultan ser la regla. Si ellos se hubieran estado refiriendo al mismo acontecimiento, los relatos auténticos deberían haber concordado en la mayor parte de los detalles.

Es imposible distinguir entre testigos oculares que estaban diciendo la verdad y testigos oculares que mentían. En ausencia de pruebas materiales o documentales que servirían como comprobación, dicha distinción es insostenible. En realidad, cada relato de testigo ocular es tan creíble como cualquiera de los demás.


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