Fuente base: http://editorial-streicher.blogspot.com
Los titulares del nacionalismo judío bramaron: ¡Un sentimiento de interés mundial! Los sobrevivientes se han ganado la compasión del mundo, así como el derecho a la venganza, a una rápida emigración y, por supuesto, a la dominación mundial! Todo esto no tiene paralelo en la Historia del mundo.
Los mártires descansaban en sus tumbas comunes, mientras el millonario neoyorquino y el pequeño tendero de Brooklyn proseguían sus negocios con la aureola del martirio sobre sus frentes y demostrando una expresión de tristeza que no podría haber sido más elocuente si ellos mismos hubiesen estado en el campo de Bergen-Belsen.
Nadie dio jamás raciones dobles a los que dependían de las víctimas sepultadas en las tumbas comunes en los bosques de Katyn; ni los sobrevivientes de la marcha de la muerte de Brno recibieron jamás compensación alguna. Ni uno solo de los autores de las matanzas de Bromberg, Praga o Yugoslavia fue colgado en Núremberg.
"¡Seis millones de mártires!", anunciaron los periódicos judíos, los jueces de Núremberg, los filmes y las emisoras radiales. ¡Seis millones! El mundo de los gentiles retrocedió con horror y nadie se atrevió a alzar una voz disidente aun cuando resultó evidente que la supuesta cifra se había convertido en el centro de una maniobra de chantaje mundial.
"¡Seis millones de mártires!", anunciaron los periódicos judíos, los jueces de Núremberg, los filmes y las emisoras radiales. ¡Seis millones! El mundo de los gentiles retrocedió con horror y nadie se atrevió a alzar una voz disidente aun cuando resultó evidente que la supuesta cifra se había convertido en el centro de una maniobra de chantaje mundial.
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