Ningún tribunal del mundo ha exigido cuentas para lo que sucedió en los procesos de Nuremberg, la mayor caza del hombre que conoce la Historia, ni por los millones de seres que padecieron la desnazificación, ni por los belgas que a los dieciséis años de terminada la guerra siguen en las mazmorras de este país par el delito de haberse alistado como voluntarios en el frente del Este.
Caso notable de la justicia política aliada, lo constituye el del comandante alemán Walter Reder, que gravemente enfermo está encarcelado en Gaeta, Italia, acusado de haber fusilado a centenares de habitantes de Marzabotto. Se ha demostrado plenamente que él jamás estuvo en Marzabotto, y que en dicha localidad nunca hubo tal matanza. Altas jerarquías de la Iglesia italiana, del Vaticano, de la resistencia y 280.000 firmas de soldados de varios países europeos han pedido en vano su libertad. Reder no puede ser puesto en libertad porque la "justicia" aliada siempre tiene razón.
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