Keynes fue un profundo crítico de la Paz de Versalles.
John Maynard Keynes viajó como parte de la delegación británica a negociar el Tratado de Versalles en 1919, representando al Tesoro. Fue lo suficientemente, por decirlo con suavidad, "animal político", para no soltar la lengua durante las negociaciones mismas, pero apenas regresó a Inglaterra, publicó un libro llamado "Las consecuencias económicas de la paz", en las que criticó ácidamente los términos del Tratado de Versalles.
Según Keynes, los alemanes jamás podrían hacer frente a las exhorbitantes indemnizaciones económicas que debía pagar por la paz. Respecto de Woodrow Wilson, Presidente de los Estados Unidos y uno de los principales arquitectos de la paz, fue el que propuso los famosos "14 puntos", por más señas, de los cuales sólo se rescató al final el crear la ineficaz Liga de las Naciones, no tuvo empacho en llamarlo un ciego y sordo Don Quijote.
De Georges Clemenceau, el líder francés, dijo directamente que era un xenófobo, con "una ilusión - Francia, y una desilusión - la humanidad". Y sus insultos alcanzan un punto sublime cuando se refiere a Lloyd George, el británico, como este bardo con pies de cabra, este visitante medio humano a nuestra era desde encantados y mágicamente embrujados bosques de la antigüedad celta.
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