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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

lunes, 9 de mayo de 2016

La verdad de las deportaciones al Este


Miles, no  millones de mascotas de Dios fueron paseados en tren desde Alemania, a sus nuevos hogares en, Auschwitz, Treblinka, Sobibor y Maidanek, todos ahora famosos en las historias contadas para apoyar el gran fraude del pueblo santo en Europa. No puede ser negado que, en aquellos Campos de Transferencia, los alemanes despiojaron y bañaron cruelmente a los sagrados judíos, exterminando de esa manera a millones o miles de millones de piojos, que habían crecido en los judíos e indudablemente habían absorbido un poco de su santidad junto con la grasa.

Todo el que haya pensado en el impúdico Holocuento de los judíos con una mente que no haya sido paralizada por el miedo a los terroristas yíddish sabe que la "solución final" al problema judío contemplada por Hitler y sus seguidores era la deportación de los parásitos desde Alemania al territorio redimido de la tiranía judeo-comunista.

Fue realmente llevada a cabo a gran escala entre 1941 y 1943, y que cantidades muy grandes de judíos de Alemania y de países aliados fueron reasentadas en tierras que habían sido tomadas a los soviéticos, especialmente, parece, alrededor de Minsk, la capital de Bielorrusia, a medio camino entre Varsovia y Moscú.


Minsk, era una especie de patria judía, ya que entre un tercio y la mitad de la población de la ciudad durante siglos había estado formada por los queridos de Dios. Además, parece que grandes áreas alrededor de la ciudad estaban deshabitadas y vacantes en 1941, ya que aproximadamente dos millones de sus habitantes habían sido deportados por Stalin en preparación para su proyectado ataque contra Alemania. Los dos millones de personas sacadas desde sus hogares por Stalin eran indudablemente Rusos Blancos, que habían sido conquistados sólo con gran dificultad por los bolcheviques en 1919-1921, y que retenían una viva antipatía por el gobierno judeo-comunista.


Los judíos que habían sido reasentados en Rusia Blanca naturalmente incitaron a las poblaciones polaca, rusa y tártara para sabotear y llevar a cabo operaciones guerrilleras contra los alemanes, sobre todo después de que los ejércitos soviéticos fueron capaces de sostener posiciones contra los alemanes y comenzar una reconquista de los territorios que ellos habían perdido. Aquella clase de rebelión encubierta presenta el más difícil de todos los problemas militares, y puede ser contrarrestada sólo mediante severas represalias, como es la costumbre de todas las naciones, algo que está expresamente aprobado por las reglas de la guerra que fueron reconocidas alguna vez en todas partes del mundo civilizado. 

Los Einsatz-gruppen de la SS funcionaron con la tradicional eficacia alemana en un esfuerzo desesperado para proteger y mantener las líneas de comunicación del ejército. Podemos estar seguros de que ellos fueron tan impíos que no perdonaron a los miembros de la raza santa que fueron atrapados mientras estaban involucrados en sabotaje o terrorismo.

Debería ser notado en particular que el reasentamiento de judíos en la Rusia Blanca fue realizado tan humanamente como fue posible. Ellos fueron enviados a una región que estaba dominada por sus congéneres de la misma tribu, que habían monopolizado durante mucho tiempo su industria y comercio y con la usura habían engordado a costa de la población nativa, y, como es evidente a partir de las historias salvajes contadas por promotores del Holofraude que afirman ser "sobrevivientes", se hizo un verdadero esfuerzo para mantener a las familias juntas. Esto está en agudo contraste con lo que la Raza de Dios habría hecho en circunstancias similares.


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