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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

jueves, 30 de mayo de 2019

Helmut Heiber..Biografo Serio..

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Las mejor biografía hecha, es gracias al historiador alemán Helmut Heiber. Aunque el retrato que él hace sea muy crítico, el autor sin embargo reconoce extraordinarios talentos y capacidades en su persona, dice Heiber:

Fue capaz, hasta el último minuto, de fomentar y explotar una confianza ciega en Hitler y su genio. Es en verdad uno de los fenómenos macabros del Tercer Reich el que incluso en la agonía de su país la masa del pueblo alemán permaneció dócil y fiel a la bandera de Hitler... A pesar de todo lo que ellos habían experimentado, mantuvieron la fe.

H. Heiber, Goebbels, 1972.

Goebbels fue el primer funcionario que reconoció directamente la gravedad del peligro que enfrentaba la nación y Europa, y admitió francamente que Alemania podría perder la guerra. Su franqueza e incluso su coraje durante esos meses cada vez más difíciles le hicieron ganar una buena cantidad de admiración popular. Heiber escribe:


Cuando otros nacionalsocialistas influyentes comenzaban a ensimismarse, Goebbels se atrevió a aparecer ante la muchedumbre y no sólo para ganar una audiencia sino incluso para despertar la fe y la esperanza..

A medida que la guerra se prolongaba, los ensayos editoriales de Goebbels de primera página en el semanario Das Reich desempeñaron un papel cada vez más importante en el sostenimiento de la moral pública. Ellos fueron extensamente reimpresos y rutinariamente leídos en la radio.
Escribe Heiber:


Sus artículos en Das Reich eran realmente excelentes, brillantemente escritos, y llenos de ideas brillantes, los artículos de Goebbels eran cuidadosamente elaborados más de una semana antes de que se hicieran públicos, escritos en un excelente y pulido alemán, estilísticamente agradables y relativamente discriminadores en su contenido; a menudo ellos parecían iluminados por la elevada sabiduría de un gran pensador. Sus títulos mismos recordaban tratados filosóficos: "Sobre el Sentido de la Guerra", "La Naturaleza Esencial de la Crisis", "Sobre el Trabajo del Espíritu", "Sobre Hablar y Estar en Silencio", "La Indispensabilidad de la Libertad", "Sobre el Deber Nacional en la Guerra"... Está todo apropiadamente expresado y es muy sólido. Esos artículos hacían una impresión, y Goebbels lo sabía.




En Febrero de 1943 Goebbels publicó una directiva interna en la cual él ordenaba:


El trabajo de propaganda entero del Partido Nacionalsocialista y el del Estado Nacionalsocialista deben ser en consecuencia organizados para dejar en claro, no sólo a la nación alemana sino también a los otros pueblos europeos, incluyendo los pueblos en los territorios ocupados del Este y en los países que todavía están bajo gobierno bolchevique, que la victoria de Adolf Hitler y de las armas alemanas está en favor del interés propio más básico de ellos.


Es por lo tanto inadecuado herir los sentimientos de auto-valoración interna de esos pueblos, directa o indirectamente, sobre todo aquellos de las nacionalidades del Este, particularmente en discursos públicos o en escritos... Stalin y el sistema bolchevique deberían ser atacados como bestiales, pero no los pueblos que han sido sometidos por ellos.


Similarmente inapropiado es cualquier discusión acerca del futuro nuevo orden de Europa, que podría crear la impresión entre gente de nacionalidad extranjera de que los líderes alemanes tienen la intención de mantener a largo plazo una relación de subyugación.


Completamente fuera de lugar está cualquier comentario que sugiera que Alemania podría establecer colonias en el Este o llevar a cabo una política colonial, o que trataría a la tierra o a sus habitantes como objetos de explotación...


Después de su destrucción sistemática por parte de los bolcheviques, de acuerdo con la orden de "tierra arrasada" dada por Stalin en Julio de 1941, los territorios ocupados del Este serán reconstruídos bajo el mando alemán. Con la riqueza del suelo, eso asegurará, para el futuro a largo plazo, independencia alimentaria y de materias primas, así como progreso social para Alemania y toda Europa, y, así, también para los pueblos que viven en el Este.


Uno de los capítulos más emocionalmente conmovedores y duraderos de la Segunda Guerra Mundial fue el asesinato de masas en Katyn y otros sitios en Abril de 1940 realizado por la policía secreta soviética contra aproximadamente 14.000 oficiales militares e intelectuales polacos, que habían sido capturados y acorralados cuando Polonia del Este fue invadida y ocupada por los soviéticos medio año antes. Durante décadas éste ha sido un asunto especialmente doloroso para la gente polaca.

Goebbels siguió el desarrollo de esa historia en su diario. En la entrada del 14 de Abril de 1943 él anotó:


Estamos usando ahora el descubrimiento de 12.000 oficiales polacos, asesinados por la GPU [policía secreta soviética], para la propaganda anti-bolchevique a gran escala. Enviamos periodistas neutrales e intelectuales polacos al punto donde ellos fueron encontrados... Doy instrucciones para hacer el uso más amplio posible de ese material de propaganda". De hecho, el número de polacos asesinados fue de aproximadamente 14.000, de los cuales aproximadamente 4.500 fueron baleados y sepultados en Katyn. La mayoría fueron asesinados por los soviéticos en otros dos sitios.

domingo, 26 de mayo de 2019

Un sentimiento de interés mundial!..exigen "Ellos"..?



Las tumbas de Auschwitz y Bergen-Belsen representan un símbolo de eterna protesta, l
a judería de Hollywood hizo un espléndido negocio con ellas, y los Gentiles se reunieron consternados en torno a las tumbas judías.

Los titulares del nacionalismo judío bramaron: ¡Un sentimiento de interés mundial! Los sobrevivientes se han ganado la compasión del mundo, así como el derecho a la venganza, a una rápida emigración y, por supuesto, a la dominación mundial! Todo esto no tiene paralelo en la Historia del mundo.

La compasión, la conmoción y la indignación fueron las reacciones del mundo, pero los sobrevivientes judíos dijeron:

¡Exigimos privilegios!
 ¡Mi madre, mi hermana y mi padre cayeron todos víctimas de los nazis!. 

Los mártires descansaban en sus tumbas comunes, mientras el millonario neoyorquino y el pequeño tendero de Brooklyn proseguían sus negocios con la aureola del martirio sobre sus frentes y demostrando una expresión de tristeza que no podría haber sido más elocuente si ellos mismos hubiesen estado en el campo de Bergen-Belsen.

Otras naciones también tienen sus muertos y sus mártires, quizá mucho más que los judios. Millones de personas fueron hambreadas hasta la muerte en Ucrania como víctimas de los planes de robo y privación de alimentos de los judíos del Kremlin, pero el mundo jamás concedió privilegio alguno a los ucranianos. 

Nadie dio jamás raciones dobles a los que dependían de las víctimas sepultadas en las tumbas comunes en los bosques de Katyn; ni los sobrevivientes de la marcha de la muerte de Brno recibieron jamás compensación alguna. Ni uno solo de los autores de las matanzas de Bromberg, Praga o Yugoslavia fue colgado en Núremberg.


"¡Seis millones de mártires!", anunciaron los periódicos judíos, los jueces de Núremberg, los filmes y las emisoras radiales. ¡Seis millones! El mundo de los gentiles retrocedió con horror y nadie se atrevió a alzar una voz disidente aun cuando resultó evidente que la supuesta cifra se había convertido en el centro de una maniobra de chantaje mundial.

Pero, ¿hubo, en realidad, seis millones de víctimas?

martes, 21 de mayo de 2019

El Purim de Nuremberg

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La fiesta más importante de la judería es el Purim, la fiesta del odio.

En Núremberg, el Purim se vistió del ropaje de la legalidad, y la venganza se disfrazó bajo la apariencia de legales. Se creó un nuevo título legal con el objeto de llevar a cabo matanzas masivas, mientras el verdadero objetivo de tal título era mucho más ambicioso y siniestro.

En el tribunal de Núremberg estaban sentados jueces estadounidenses, soviéticos, franceses e ingleses, pero una sola potencia victoriosa acusaba y juzgaba: Judá!

Los veredictos de Núremberg fueron pronunciados para castigar los supuestos crímenes cometidos contra la Humanidad. Pero en el banquillo, junto a los responsables del bombardeo de Dresden, se hallaban sentados los asesinos de masas de Katyn.



Los prisioneros acusados eran sometidos exactamente a la misma clase de torturas que en las prisiones soviéticas.

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Julius Streicher 

Julius Streicher fue azotado hasta que estuvo cubierto de sangre, y se le obligó a beber agua del retrete. Luego los judíos, que llevaban el uniforme del ejército de Estados Unidos, le escupieron en la boca por turnos, y lo obligaron a besar los pies de un negro. En la prisión del Schwabish Hall los jóvenes oficiales de la guardia de Adolf Hitler fueron azotados hasta quedar empapados en sangre, y luego se les obligó a echarse al suelo mientras sus torturadores pisoteaban sus órganos sexuales. Tal como en los juicios de Malmédy, los prisioneros eran colgados por turno y luego soltados, hasta que firmaran la confesión que se les exigía. Sobre la base de tales "confesiones" extraídas a la fuerza a Sepp Dietrich y a Joachim Paiper, la guardia SS Leibstandarte fue condenada como"organización culpable".

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Oswald Pohl

Oswald Pohl, un general de la SS, fue tratado con verdadero salvajismo durante los juicios al personal de la oficina de pagos de la SS. Su rostro fue embadurnado con heces, y él fue golpeado hasta que firmó la deseada confesión aceptando acusaciones falsas. Esos judíos, vestidos con el uniforme de las fuerzas estadounidenses, habían torturado de manera similar a Weiss, "Obergruppenfuehrer" de la SS, en Frankfurt-am-Main y en Dachau. En los juicios de Malmédy, torturadores judíos vestidos con el uniforme estadounidense extrajeron del mismo modo por la fuerza confesiones a los soldados rasos.

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Este mismo odio eterno hierve tras las enseñanzas de Marx y de los Illuminati, yha convertido al socialismo marxista en un credo de odio. Los apóstoles de ese odio han estado detrás de las revoluciones e insurrecciones comunistas, y accedieron al poder con el bolchevismo. Quizás algún día se publique la historia de los modernos Amanes, la historia de aquellos políticos, sacerdotes, estadistas, escritores y periodistas que fueron lo bastante valientes para ver en el odio manifestado durante el Purim una amenaza al mundo cristiano, y se escriba el relato de cómo ellos fueron perseguidos, cómo sus familias fueron llevadas a la ruina, cómo sus hijos fueron arrojados a la indigencia y, por último cómo se ahorcó a los "odiadores".

viernes, 17 de mayo de 2019

Revisionismo Contra la Distorsión de la Historia



Las falsificaciones o imposturas son siempre el trabajo de un individuo o un pequeño grupo de individuos con fines de ganancia o fines políticos.


Después de una guerra, la Historia no puede ser escrita. El lado perdedor no tiene a nadie para que hable de ella. Los historiadores del lado ganador se ven compelidos por años de propaganda de guerra que ha demonizado al enemigo a la vez que obscurecido los crímenes de los vencedores. 


La gente quiere disfrutar y sentirse bien por su victoria, no enterarse de que su lado fue responsable de la guerra o que la guerra podría haber sido evitada si no hubiera sido por las agendas ocultas sus propios líderes. Los historiadores también se ven restringidos por la falta de disponibilidad de la información. 

Para esconder errores, corrupción y crímenes, los gobiernos mantienen documentos guardados durante décadas. Las memorias de los participantes no están todavía escritas. Los diarios están perdidos o retenidos por temor al justo castigo. Es caro y consumidor de tiempo localizar a testigos, sobre todo aquellos en el lado perdedor

La Historia depende principalmente de documentos escritos, desde las tablillas de arcilla de la antigua Sumeria y los jeroglíficos egipcios más tempranos hasta los archivos de los Estados modernos. 

En ausencia de documentos, el historiador sólo puede sacar conclusiones provisionales de artefactos desenterrados por arqueólogos o conjeturar qué acontecimientos reales dieron origen a cuentos populares y leyendas, tales como los mitos sobre Hércules o la historia de Heimdall en elRigsthula.


Es la función del historiador presentar todos los documentos, ya sean supuestos originales o copias de originales perdidos, para el análisis crítico más riguroso para determinar su autenticidad y veracidad. 

Dondequiera que haya un motivo aparente para la falsificación o falsedad, el documento y sus contenidos deben ser puestos a prueba por cada criterio y técnica disponibles, y sólo raramente son suficientes éstos para dar resultados que tengan un grado tan alto de probabilidad como para estar prácticamente seguros.


viernes, 3 de mayo de 2019

El mayor "falso" genocidio de la Historia..



Un Genocidio Imposible por J. Esparza

Primero, las cifras del genocidio son imposibles: ¿Noventa millones de muertos en un siglo y pico a manos de sólo 200.000 españoles, que más no fueron los que pasaron a América? Eso cuadra mal. ¿Un millón de muertos en poco más de veinte años, en un solo sitio, las Antillas, y en el siglo XVI, a base de ballesta y arcabuz? Es impracticable, sobre todo si tenemos en cuenta que, al mismo tiempo, los Reyes Católicos habían dado órdenes muy estrictas de tratar bien a los indígenas. Por otro lado, ¿quién hizo el censo?; ¿son fiables esas cifras? Respecto a Las Casas, ¿por qué denuncia tantos crímenes y, sin embargo, nunca dice dónde ni cuándo se produjeron, como tampoco da el nombre del criminal?. ¿Y por qué da unas cifras y después, a medida que se va calentando, va subiendo el número de muertos sin temor a la contradicción?


Y además, si eso pasó en América, ¿por qué no pasó en Filipinas, donde no hay noticia de genocidio alguno (no, al menos hasta el que perpetraron los norteamericanos a principios del siglo XX)? Aún peor: Las Casas logró su objetivo y en 1547 la Corona prohibió el sistema de encomiendas, que según fray Bartolomé era la causa de las muertes, pero los indios siguieron muriendo. No sólo eso, sino que por dos veces se le autorizó a construír una especie de "república de indios", que era lo que él reclamaba, y las dos veces sus asentamientos fueron atacados por los propios indios. ¿Por qué?, ¿qué pasa aquí? Nada encaja. Vamos a explicar lo que pasó de verdad.


Directamente: los censos de la época no valen. Eso lo ha demostrado una estadounidense, Lynne Guitar, de la Universidad de Vanderbilt, que fue a Santo Domingo a estudiar la historia de los taínos y se quedó allí, enseñando. Y la profesora Guitar descubrió que los censos no es que no sean fiables, sino, más aún, que son inútiles: cuando un indio se convertía al cristianismo y vivía como un español, o más aún si se mestizaba, dejaba de ser censado como indio y era inscrito como español. Y si luego venía otro funcionario con distinto criterio, entonces volvía a ser inscrito como indio, y así hay casos de ingenios de azúcar donde los indios pasan de ser unos pocos cientos a ser 5.000 en sólo dos años, y después la cifra decrece radicalmente para, de repente, volver a aumentar. Para colmo, los encomenderos —los españoles que regentaban tierras y explotaciones— mentían en sus censos, porque preferían trabajar con negros, a los que podían esclavizar, que con indios, cuya esclavitud estaba prohibida por la Corona, de manera que sistemáticamente ocultaban las cifras reales. Es decir que las cifras censales de los indios en América, en el siglo XVI, son papel mojado.


¿Cuántos indios había realmente en América? Según los cálculos de Rosemblat, que siguen siendo los más serios, la población total de la América indígena no pasaba de los 13 millones desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Le recuerdo a usted la nota de la agencia oficial argentina TELAM, hace un par de años: "un genocidio de 90 millones de indios". Jamás hubo tantos. ¿Mentía entonces fray Bartolomé al hablar de aquel exterminio? Quizá no a conciencia. Las Casas vio graves casos de crueldad. Y vio también muertos, muchos muertos. Era fácil conectar una cosa con otra. Pero hoy sabemos que la gran mayoría de aquellos muertos, que sin duda se contaron por cientos de miles, fueron causados por los virus, algo que ningún español del siglo XVI podía conocer.

jueves, 2 de mayo de 2019

La Verdad de la Conquista..J.Esparza

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Los excesos románticos de la literatura pro-indigenista nos han vendido la imagen del pérfido depredador español que llega para explotar al buen indio que dormitaba tranquilamente en la puerta de su chabola..!nada que ver con la empírica realidad!..



La conquista española de América, la cruzada del océano, fue propiamente una conquista, es decir, una operación de dominio, de poder, y en su crónica surgen inevitablemente los mismos episodios de violencia, depredación y guerra que en cualquier otra conquista de cuantas la Historia conoce. Pero, al mismo tiempo, fue una empresa guiada por un innegable espíritu de misión en el sentido religioso del término: se trataba de convertir a la Cruz a pueblos que vivían al margen de ella, y por eso en la aventura aparecen elementos tan insólitos como la prohibición de la esclavitud, la protección legal de los indígenas, el mestizaje o la multiplicación de catedrales, universidades y hospitales a lo largo de todo el territorio conquistado.


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El resultado de todo eso fue un mundo nuevo: un mundo que ya no era el de las culturas amerindias, pero que tampoco era propiamente una España ultramarina, porque la América hispana muy pronto tuvo su singular personalidad. El antecedente más parecido que se le puede encontrar a este magno proceso es la construcción del Imperio romano: del mismo modo que Roma creó en Europa un mundo sobre la base de su lengua, sus legiones y su derecho, así España creó en América un mundo sobre la base de su religión, su idioma y su ley.




Enfrente estaban los indios, por supuesto. Pero también sobre este particular hay que hacer infinitas matizaciones y revisar numerosos tópicos. Los excesos románticos de la literatura indigenista nos han vendido la imagen del pérfido depredador español que llega a las Indias para explotar al buen indio, que dormitaba tranquilamente en la puerta de su bohío. Es una imagen ridícula. Primero y ante todo: los indios son tan protagonistas de la Conquista como los propios españoles. Colón jamás habría podido instalarse en La Española sin la aquiescencia de una buena parte de los taínos. Cortés jamás habría conquistado Méjico sin los tlaxcaltecas y otros pueblos aliados, como Pizarro jamás habría conquistado el Perú sin los tallanes, los huancas y los chachapoyas, entre otros muchos. Segundo y no menos fundamental: taínos, tlaxcaltecas, tallanes y demás pueblos aliados de los conquistadores se unieron a los españoles porque estaban siendo salvajemente explotados por los caribes, los aztecas y los incas, respectivamente. Esa era la realidad.

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La estampa del indio que dormitaba feliz a la puerta de su bohío es estrictamente falsa. Las comunidades amerindias, prácticamente sin excepción, eran sociedades muy conflictivas, muy violentas, donde unos pueblos aniquilaban a otros sin la menor contemplación, donde la esclavitud era una institución absolutamente convencional, donde las mujeres —en términos generales— eran usadas como objeto de cambio y donde los sacrificios humanos formaban parte de la vida cotidiana. Todo esto no fue un invento de los cronistas para legitimar la hegemonía española; todos los hallazgos arqueológicos lo confirman. Por eso los pueblos más débiles, los que sufrían la violencia de los más fuertes, se unieron a los españoles de muy buen grado: aquellos sujetos barbudos envueltos en hierro eran su única salvación. La conquista no se sustancia, pues, en un simple esquema de "europeos contra indios". La realidad fue muchísimo más compleja. Y así como hubo algunas poblaciones indígenas enteramente aniquiladas, hubo otras —de hecho, la mayoría— que abrieron la puerta a la conquista y contribuyeron a la radical transformación del continente. Las cosas fueron así. Nunca hubo un genocidio español en América.–

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Hoy ningún investigador serio discute que la causa principal de la mortandad entre nativos y entre españoles fueron los virus: los indígenas cayeron a mansalva bajo el efecto de enfermedades que los españoles llevaron consigo y que en aquel mundo eran desconocidas, mientras que los españoles quedaban aniquilados por enfermedades tropicales —malaria, dengue, leishmaniasis, tripanosomiasis, etc.— que no sabían cómo tratar. Ya hemos citado el caso del Perú: cuando llega Pizarro, la población del Imperio inca lleva varios años soportando los efectos de una dura epidemia de viruela mucho antes de que ningún español hubiera asomado por allí el morrión. Otro dato: cuando Hernando de Soto se encuentra con la misteriosa Dama de Cofitachequi, en la actual Carolina del Sur, lo que halla a su alrededor es un poblado convertido en necrópolis por el efecto de las enfermedades.


La llegada a las Indias de los primeros niños europeos, con su carga de varicelas, sarampiones, paperas y demás, fue más letal que cualquier ejército. Mientras tanto, las expediciones de Bobadilla, Ovando y Pedrarias, por ejemplo, contabilizaban hasta un 50 por ciento de bajas mortales apenas dos meses después de haber desembarcado; los de Pizarro caían fulminados por infecciones, etc. Los avances de la Medicina en el último medio siglo han permitido explicar numerosos episodios de este género. Es asombroso que aún hoy tantos historiadores sigan renuentes a introducir el factor médico en sus narraciones de la Conquista.


De manera que hubo, sí, una mortalidad mayúscula de indios en América, pero no fue un genocidio. Un genocidio requiere que haya voluntad de exterminio. Eso no pasó en la América española. Pasará después en la América anglosajona, que sí ejecutó proyectos de exterminio deliberado de la población indígena, esa misma América anglosajona que ahora maldice a Colón y los españoles.