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Esto que vas a leer en este blog son algunos "detalles" que tus profesores de historia no creyeron que fuera necesario contarte.

domingo, 21 de abril de 2019

Justificación para la Guerra con Alemania


El así llamado "Holocausto" fue usado por los Aliados para demonizar a Alemania y demostrar que su esfuerzo de guerra era necesario para derrotar a una nación tan malvada.

La Segunda Guerra Mundial fue con mucho la guerra más sangrienta y más destructiva en la Historia humana. Muchas personas se preguntaron si toda la muerte y destrucción causada por la guerra había sido necesaria.

Con la liberación de Ohrdruf, Buchenwald y Dachau por el ejército estadounidense, y la liberación de Bergen-Belsen por las tropas británicas, grandes grupos de observadores occidentales encararon los horrores de los campos alemanes por primera vez. Las espantosas escenas de enormes pilas de cadáveres y demacrados y enfermos prisioneros sobrevivientes fueron filmadas y fotografiadas para la posteridad por el Cuerpo de Señales del Ejército estadounidense. Prominentes periodistas y políticos fueron llevados en avión a Alemania para que vieran por sí mismos en los campos la horrorosa evidencia. Las horribles escenas de los campos alemanes fueron usadas por los Aliados para justificar su participación en la guerra.

El historiador judío Robert Jan van Pelt escribe:


Para los Aliados, el descubrimiento de los campos demostró ser una justificación final de su esfuerzo de guerra. En 1940 Churchill había proclamado que una victoria nacionalsocialista traería una nueva Edad Oscura, hecha más siniestra por la ciencia pervertida. La liberación de los campos demostró que Churchill no había exagerado el peligro. Y aunque Auschwitz había sido liberado por los rusos, los ingleses y los estadounidenses oyeron muchas historias sobre aquel campo.

Encubrimiento de Crímenes de Guerra Aliados

La historia del "Holocausto" también ha sido usada para encubrir e ignorar crímenes Aliados contra los alemanes después de la Segunda Guerra Mundial. Las muertes alemanas después de la guerra pueden ser divididas en tres grupos de personas. El primer grupo son los prisioneros de guerra alemanes tanto en Europa como en la Unión Soviética. El segundo grupo son los expulsados alemanes de las tierras del Este, y el tercer grupo son los alemanes que ya residían en Alemania. Si bien nadie sabrá nunca cuántos alemanes murieron entre 1945 y 1950, es algo cierto que las muertes exceden por lejos las estimaciones más tradicionales. La gran mayoría de esas muertes fue causada por las políticas letales impuestas por los Aliados contra Alemania después de la guerra.


Una estimación conservadora de muertes alemanas en los campos Aliados para prisioneros de guerra pone la cifra en 1,5 millón. Esto incluye más de 517.000 muertes de prisioneros de guerra en la Unión Soviética, 100.000 muertes de prisioneros de guerra en Yugoslavia, Polonia y otros países, con las restantes muertes ocurridas en campos estadounidenses y franceses. Los alemanes que murieron en esos campos Aliados para prisioneros de guerra sufrieron miserablemente de exposición a la intemperie, enfermedad y una lenta hambruna. Esa bien documentada atrocidad Aliada todavía es negada por la mayoría de los historiadores hoy.


Probablemente un mínimo de 2,1 millones de expulsados alemanes murieron en lo que se suponía que era una transferencia "ordenada y humana". Se reconoce por parte de los historiadores más tradicionales que la estimación de 2,1 millones de muertes de expulsados alemanes es válida. Destacadas autoridades han estimado un número mucho más alto de muertes de expulsados alemanes.


Aproximadamente 5,7 millones de alemanes que ya residían en Alemania murieron por las políticas de hambre puestas en práctica por los Aliados después de la guerra. James Bacque detalla cómo ese total de muertes de 5,7 millones es calculado:


La población de toda la Alemania ocupada en Octubre de 1946 era de 65 millones, según el censo preparado bajo la ACC. Los prisioneros que retornaron que fueron añadidos a la población en el período entre Octubre de 1946 y Septiembre de 1950 se contaban en aproximadamente 2.600.000, según los registros de los archivos de los cuatro principales Aliados. Los nacimientos según la agencia estadística alemana oficial, la Statistisches Bundesamt, añadieron otros 4.176.430 recién llegados a Alemania. Los expulsados que llegaron totalizaron 6 millones.
Así, la población total en 1950 antes de las pérdidas habría sido de 77.776.430, según los propios Aliados. Las muertes oficialmente registradas en el período 1946-1950 fueron 3.235.539, según el Anuario de Naciones Unidas y el gobierno alemán. La emigración fue de aproximadamente 600.000 personas, según el gobierno alemán. De esta manera, la población encontrada debería haber sido de 73.940.891. Pero el censo de 1950 hecho por el gobierno alemán bajo supervisión Aliada encontró sólo 68.230.796 personas. Había un faltante de 5.710.095 personas, según las cifras Aliadas oficiales.


La suma de 1,5 millón de prisioneros de guerra alemanes, 2,1 millones de expulsados alemanes, y 5,7 millones de residentes alemanes, iguala la estimación mínima de 9,3 millones de alemanes que murieron innecesariamente después de la guerra. Esto es, muchos más alemanes que los que murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Millones de esos alemanes pasaron lentamente hambre hasta la muerte mientras los Aliados retenían la comida disponible. La mayoría de esos alemanes muertos de posguerra eran mujeres, niños y hombres muy ancianos. Sus muertes nunca han sido honestamente reportadas por los Aliados, por el gobierno alemán o por la mayoría de los historiadores. En vez de eso, todo lo que escuchamos siempre es acerca del presunto genocidio de la judería europea.

jueves, 4 de abril de 2019

Reconsiderando el "Holocausto" por Vaughn Klingenberg


Fuente original: veteranstoday.com 

Examinemos el definido por los judíos como "Holocausto", e iluminemos un poco ese acontecimiento. Si bien un número mayor de no-judíos murió en los campos de concentración de la Alemania Nacionalsocialista, el término "Holocausto", en hebreo,"ofrenda quemada", ha sido reservado para los judíos que fueron encarcelados y murieron en campos para prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo que la comunidad judía ha hecho al etiquetar su sufrimiento como "el Holocausto" es que ellos han efectivamente marginado las muertes de no-judíos en los campos. Al reservar el término "Holocausto" para que incluya sólo el sufrimiento judío, ellos se han apropiado egoístamente para sí mismos, y sólo ellos, la totalidad del sufrimiento en los campos.


Una pregunta que a menudo surge cuando se habla del "Holocausto" es ¿por qué los Aliados no bombardearon los llamados "campos de exterminio" para así permitir que algunas de las víctimas escaparan, probablemente, de una muerte segura?


La respuesta estándar que se da es que el Alto Comando Aliado no tenía ningún conocimiento de lo que estaba teniendo lugar, que sólo fue descubierto cuando las tropas Aliadas en su avance se encontraron, sin saberlo, con los campos. Esto, por supuesto, es un total disparate.

Además, si bien era una cosa terrible ver a los demacrados prisioneros liberados por las tropas Aliadas, hay que mencionar que Alemania estaba sufriendo una hambruna durante el último año de la guerra, y los prisioneros naturalmente estaría en el fondo de la cadena alimentaria cuando se trataba de la distribución de productos alimenticios. Naturalmente, los efectos del hambre serían más pronunciados allí.


A la comunidad judía le gusta definir los campos de concentración como "campos de exterminio", pero si éstos hubiesen sido de hecho "campos de la muerte" entonces ¿por qué literalmente cientos de miles de prisioneros sobrevivieron a ellos? Sería muy fácil imaginar que a causa de la frustración provocada por el constante bombardeo de saturación de centros civiles (es decir, ciudades), y por los sentimientos de impotencia ante su inminente derrota, los nacionalsocialistas habrían ordenado la matanza total de todos los presidiarios de los campos; pero aquello nunca ocurrió.