Los alemanes tenian listas muy detalladas y cuidadosamente documentada de sus tesoros perdidos, 7.314 pinturas pertenecientes fueron catalogadas en 1939. Hoy, más de 3.000 todavía están faltando. Esto ni siquiera hace referencia a las esculturas, porcelanas, instrumentos musicales, relojes, artículos de plata, mobiliario, grabados y dibujos, y millones de libros raros saqueados por igual por los "buenos" y el Ejército Rojo.
Cuando Berlín caía, los tesoros de arte de los viejos castillos prusianos fueron escondidos en sitios seguros en el campo. Casi todas las 3.000 pinturas faltantes no destruídas por los bombardeos fueron robadas por los rusos.
Más de una docena de pinturas provenía de colecciones privadas; el resto fue descrito como de "colección desconocida". El Retrato de una Mujer, de Goya, es una pintura claramente visible en fotografías de antes de la guerra, tomadas en la casa del famoso coleccionista alemán Otto Gerstenberg, cuya hija heredó las obras después de su muerte en 1935. Estaba entre las obras que fueron almacenadas en la Nationalgalerie de Berlín para su custodia segura en 1943 y robadas por la Unión Soviética. Otras obras familiares de arte en la muestra del Museo Pushkin incluían obras de Renoir y Daumier. Entre otras pinturas notables de origen particular estaban las colecciones de Otto Krebs y del industrial alemán Bernhard Koehler, que incluían obras de Tintoretto, Corot y El Greco.
En otra exposición del Museo Pushkin que abrió el 29 de Abril de 2006 y que fue titulada "Arqueología de Guerra: Retorno desde el No-Ser", las obras presentadas del mundo antiguo estaban en gran parte basadas en la colección de Rusia del arte alemán saqueado de la Segunda Guerra Mundial. La alemanaFundación de la Herencia Cultural Prusiana no fue invitada a involucrarse en el proyecto y se rechazó el acceso a los depósitos rusos de tesoros de arte alemán.
Berlín era la presa de ladrones y vándalos. En 1945 el Ejército Rojo robó la colección del oro de Troya de Heinrich Schliemann desde su sala de seguridad en un búnker de concreto en el destruído Zoológico de Berlín, y no fue sino en 1993 que los rusos reconocieron que el tesoro estaba en Rusia. En las ciudades y pueblos de Alemania Oriental, las ventanas con vitrales fueron arrancadas de las iglesias y enviadas a la Unión Soviética, los monumentos de bronce fueron derretidos por su valor nominal, y documentos que databan su antigüedad en siglos fueron destruídos o dispersados.
La propiedad cultural que las autoridades y los soldados rusos sacaron de Alemania en 1945 incluía no sólo obras del arte alemán, sino dos millones de libros y archivos que de ser colocados en fila se extenderían por tres kilómetros.
El 30 de Abril de 1945 la 2ª División de Infantería marroquí de las tropas francesas ocupó Immenstadt, y sus oficiales se instalaron en el castillo Rauhenzell, y las piezas medievales de marfil desaparecieron. En 1983 elLouvre había comprado ya dos de las piezas, y en 1993 al Louvre le ofrecieron dos más. Resultó que una de esas piezas coincidía con el grupo que el Louvrehabía comprado ya en 1983. Alemania y Francia hicieron otro trato para una devolución parcial de los tesoros alemanes. En Septiembre de 1993, cinco piezas más del mismo lote que desapareció del castillo Rauhenzell aparecieron para su subasta en París. El "Hessisches Landesmuseum Darmstadt" reportó esto a la policía francesa y trató de retirar de la subasta dichas obras de arte, pero la ley francesa permite la posesión de bienes robados si el propietario puede demostrar que él los compró ignorando esa condición. Sin embargo, la casa de subasta fue puesta bajo presión y el propietario privado se vio finalmente frustrado. Finalmente, cinco piezas fueron devueltas a Alemania en 1994.
Un gran vacío también ha quedado en la herencia cultural literaria de Alemania, ya que la mayor parte de las colecciones alemanas robadas fueron alguna vez colecciones completas. A veces los ladrones sólo seleccionaban las piezas de mayor valor, rompiendo series y conjuntos históricos. Las grandes bibliotecas de Moscú y San Petersburgo, donde terminaron muchos libros y manuscritos saqueados, simplemente los integraron en el stock existente sin ninguna intención de conservar las colecciones intactas. En 1990 fue revelado que millones de libros alemanes antiguos, que iban desde diseños aeronáuticos a archivos acerca de operaciones militares durante las guerras napoleónicas, habían sido dejados para que se pudrieran bajo excrementos de paloma en una iglesia abandonada fuera de Moscú. Los desplazados fragmentos de los archivos de la herencia cultural, tan meticulosamente organizados a través de las épocas en Alemania, fueron dispersados tan extensamente, que ellos nunca serán encontrados e identificados todos, incluso si hubieran sobrevivido a las miserables condiciones de almacenaje.
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El 3 de Diciembre de 1996 Ucrania devolvió tres álbumes preciosos a Alemania: álbumes de litografías y grabados que habían estado desaparecidos desde 1945, incluyendo un volumen con 57 litografías basadas en el renombrado artista sajón Franz Gareis (1775-1803), un segundo álbum con 69 aguafuertes en color de los siglos XVIII y XIX, y 95 grabados de Johann Blaeu que databan de 1700 y que describían escenas de festividades, ceremonias y las residencias de los duques de Saboya. A cambio, Ucrania recibió generosas donaciones de arte de Alemania.
Hoy, el departamento de grabados y dibujos de un museo alemán todavía carece de aproximadamente 640 antologías, álbumes y álbumes ilustrados, así como de libros que contienen miles de grabados, grabados en madera y litografías. También están faltando aproximadamente 10.400 estampados del Renacimiento al siglo XX, 3.300 dibujos en álbumes y libros de bocetos, toda la biblioteca histórica de arte, y valioso material de archivo. Sobre todo, debido a la guerra, el museo posteriormente perdió 1.500 dibujos únicos, principalmente de calidad excepcional, de artistas como Durero, Cranach, Rubens, Kollwitz y Menzel.
Los alemanes consideran otros artículos como una parte integrante de la herencia de su país, incluyendo aproximadamente 5.800 libros antiguos de la famosa biblioteca de Gotha, dos Biblias de Gutenberg impresas en 1454 y diversas pinturas importantes. Hacia 1580, dicha biblioteca era una biblioteca de referencia que contenía libros de teología, Historia, medicina, cirugía, leyes, matemáticas, filosofía, minería, arquitectura, astronomía, guerra, torneos y festivales, numismática, mineralogía, biología y agricultura. La colección también incluía grabados, mapas e ilustraciones de la vida en la Corte. Huelga decir que aquellos tesoros que fueron lo bastante afortunados para sobrevivir a los bombardeos fueron enormemente saqueados y robados por los soviéticos.
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